El expresidente sudafricano Nelson Mandela, de 94 años, encara hoy su cuarto día en estado crítico, tras ser hospitalizado el pasado 8 de junio por la recaída de una infección pulmonar.
El pronóstico de Madiba, como se le conoce popularmente en Sudáfrica, empeoró durante el pasado domingo.
La Presidencia del Gobierno había asegurado que Mandela respondía bien al tratamiento, y miembros de la familia habían especulado con que sería dado de alto de forma inminente.
Sin embargo, la noticia del domingo ha enterrado completamente en Sudáfrica el optimismo sobre su recuperación.
La familia de Mandela se reunió ayer en la localidad suroriental de Qunu, donde creció el antiguo estadista, para discutir «asuntos delicados» de la familia.
Según publica hoy el diario sudafricano «The Star» -que cita fuentes del clan Mandela-, la reunión sirvió para tratar el lugar en que debe ser enterrado el exactivista contra el régimen racista del «apartheid».
De acuerdo con esa misma fuente, la familia está dividida entre quienes son partidarios de que los restos de Madiba descansen en Qunu -donde Mandela tiene una casa- y los que prefieren enterrarle en Mvezo (sureste), donde nació el héroe sudafricano.
Citando fuentes cercanas a la familia, el diario sudafricano «The Citizen» asegura hoy que Madiba respira de forma asistida, que el funcionamiento de sus riñones es muy bajo y que está sometido a diálisis renal periódicamente.
Según el periódico, los médicos habrían planteado a la familia la posibilidad de desconectar a Mandela de las máquinas que le mantienen con vida.
Entretanto, la entrada del Medi-Clinic Heart Hospital de Pretoria, donde está ingresado el icono mundial de la igualdad racial, recibe una peregrinación constante de ciudadanos anónimos que dejan regalos, flores, mensajes y canciones de apoyo a Mandela.
Madiba contrajo los problemas respiratorios que padece de forma recurrente durante sus 27 años de detención en las cárceles del «apartheid», contra el que luchó durante casi siete décadas.
El primer presidente negro de Sudáfrica se ganó el aprecio de los sudafricanos y del mundo por su coraje a la hora de combatir el racismo institucionalizado impuesto por la minoría blanca.