El maquinista del tren que descarriló en Santiago de Compostela en un accidente que ha causado 78 muertos se ha negado a declarar hoy ante la Policía, informaron fuentes de la investigación a la agencia de noticias Efe.
El conductor, Francisco José Garzón Amo, se acogió a su derecho a no responder a las preguntas durante el interrogatorio policial en el Hospital Clínico de Santiago, en el que permanece ingresado debido a que también resultó herido en el accidente.
Miembros de la Brigada de la Policía Judicial acudieron en la tarde de hoy al hospital donde está custodiado para tomarle la primera declaración como imputado, pero el conductor optó por no responder.
El conductor fue detenido ayer en el hospital en el que permanece ingresado, imputado por «imprudencia», según explicó en rueda de prensa el jefe superior de la Policía de Galicia, Jaime Iglesias.
Iglesias dijo que Garzón Amo está «imputado por un hecho delictivo vinculado a la autoría del siniestro» y que la declaración policial se puede producir «en cualquier momento», mientras que la judicial podría tener lugar incluso en el centro hospitalario donde permanece detenido.
La empresa gestora de las vías férreas (Adif) indicó este viernes que el maquinista debería haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona en la que se produjo el accidente para lograr la velocidad indicada.
Tras el descarrilamiento del tren que cubría la línea entre Madrid y Ferrol, Garzón declaró que había tomado a 190 kilómetros por hora una curva cuya velocidad máxima está fijada en ochenta.
El presidente de Adif, Gonzalo Ferre, aseguró que todos los sistemas de seguridad funcionaron y que el conductor tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones para «controlar la velocidad».