La ciudad de La Paz fue escenario -por tercer día consecutivo- de marchas sindicales, de médicos, paramédicos y estudiantes, en el marco de una huelga de 72 horas que concluyó ayer en rechazo a decretos del presidente Evo Morales.
Las ruidosas protestas de unas 4.000 personas estuvieron encabezadas por un centenar de mineros estatales del poderoso y radical sindicato de Huanuni, que en su recorrido por céntricas calles de la sede de Gobierno hicieron explotar cartuchos de dinamita y petardos, sin causar víctimas.
La Policía ejerció una nutrida vigilancia policial en la plaza de Armas, donde el mandatario tiene su despacho, tras dos días de choques con civiles que dejaron una veintena de heridos, entre manifestantes y uniformados, y seis detenidos, según reportes del Ministerio de Gobierno.
En la segunda jornada de la huelga, que se desarrolló el jueves, un funcionario, seis policías y un número todavía indeterminado de manifestantes resultaron heridos y con contusiones tras los violentos enfrentamientos, con piedras, dinamita y gases lacrimógenos a discreción, registrados en las ciudades bolivianas de La Paz y Cochabamba.
El viceministro de régimen interior, Jorge Pérez, recibió también el impacto de un trozo de cerámica lanzado, aparentemente, por una muchacha, quien ya está detenida bajo sospecha, publicó El País.
La Central Obrera Boliviana (COB) organizó la huelga como forma de presión para que el Gobierno de Evo Morales apruebe un aumento salarial del 8%, derogue un decreto supremo que ha originado la rebelión de médicos, enfermeras y administradores de los servicios de salud pública y resuelva el conflicto de los indígenas de tierras bajas, suscitado a raíz de una segunda ley que desdice la primera de protección del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Al encabezar la marcha de ayer, el líder de la COB (izquierda), el más grande sindicato del país, Juan Carlos Trujillo manifestó que con la medida tomada han demostrado, por tercer día consecutivo, él éxito de las marchas y huelga, tras recordar el rechazo al incremento salarial del 8% propuesto para este año. “Si el gobierno no atiende nuestras demandas, vamos a radicalizar nuestras legítimas protestas la próxima semana”, acotó.
Los médicos, paramédicos y universitarios de medicina se sumaron a las protestas sindicales, porque rechazan otro decreto del mandatario que aumentó la jornada laboral de seis a ocho horas, sin compensación económica.
En las ciudades de Santa Cruz (este), Tarija (sur), Oruro (oeste), Cochabamba (centro) y Potosí (suroeste) se han reportado bloqueos de caminos interdepartamentales del sector salud, según informes de las radios privadas Erbol y Fides.
Entre tanto, el gobierno restó dramatismo a los conflictos, además de que rechaza un aumento salarial superior al 8%, así como derogar el decreto sobre los horarios del sector médico.
“Hay demandas sociales y actores políticos quieren aprovecharse de esa situación; no diría que es desestabilizador porque no tienen posibilidades de conducir a una crisis de gobernabilidad y menos a una crisis de Estado”, expresó el ministro de Interior, Carlos Romero, entrevistado por el canal privado Red uno.