El pasado 25 de febrero el jugador de Liga Deportiva Universitaria de Quito, Luis “Chucho” Bolaños, fue baleado en el interior de su vehículo en el centro comercial “Quicentro Shopping”, en la ciudad capital.
Dos hombres siguieron al jugador desde que él salió de una agencia bancaria. Tras la agresión, la Policía detuvo inmediatamente a los autores del ataque, luego de escuchar, por la radio, de una balacera en el estacionamiento del lugar.
Los detenidos son de procedencia colombiana y ecuatoriana. El ciudadano extranjero aprehendido ya contaba con otra detención.
Después del atentado a Bolaños se lo trasladó al hospital Metropolitano, donde se definió que tenía tres impactos: uno a la altura del hombro y dos por el codo derecho.
El 28 de febrero, en declaraciones a los medios de comunicación, el deportista expresó que lo sucedido no fue un caso de sicariato sino un asalto. El 4 de marzo, el volante de la Liga salió del hospital Metropolitano. La indicación médica fue que debía descansar por lo menos 45 días antes de regresar a las canchas. El 11 de marzo retornó a los entrenamientos y nueve días después participó activamente en el partido ante la Liga de Loja.
En el dictamen fiscal constan como acusados del atentado Neiser Olando Vargas Rivadeneira, ecuatoriano de 23 años; y Eliceo Melo Gómez, colombiano de 28 años.
Con todos los antecedentes de lo sucedido, el fiscal acusó a Melo como autor del delito de tentativa de asesinato y solicitó auto de llamamiento a juicio. Pero el abogado de Melo enfatizó que se busca a un culpable para sustentar un proceso penal.
Mientras que a Vargas se abstuvo de acusarlo, pues no hubo la certeza de su presunta participación. Bolaños nunca presentó acusación particular.
Entonces el juez primero de lo penal de Pichincha, Guillermo Solís, dictaminó las medidas sustitutivas a la prisión preventiva, informó Rodrigo Buchelli, abogado de Bolaños.
“él prefirió que no se mantenga la acción en contra de su agresor. Dijo que prefería que el organismo judicial asuma las medidas correspondientes, que él quiere estar al margen de cualquier problema de orden legal”, explicó Buchelli.
Esta negativa se dio luego de esclarecer los asuntos iniciales, el reconocimiento del lugar y otros trámites. “Pero, para que el agraviado sea parte del juicio tiene que acusar (…) cuando el asunto termina, la alternativa que tiene la víctima es asumir la acusación o no hacerlo, él tendría sus motivos, pero ya no quiso hacerlo”, dijo Buchelli. La acusación tiene como fin obtener daños y perjuicios y Bolaños no necesita obtener dinero por la acción de la que fue víctima, acotó su abogado.
Pero el caso no está cerrado, pues la privación de la libertad se reemplaza por la medida sustitutiva, por lo tanto el agresor está sujeto al control del orden jurídico público.
“Era un delincuente común”, afirmó Buchelli, pues el agraviado (Bolaños) no quiere saber del tema, prefiere estar tranquilo en su casa.
Patricio Armijos, abogado penalista, cree que Bolaños no presentó acusación particular porque los grupos organizados de delincuentes saben amedrentar a las víctimas.
“Estoy casi seguro que al señor Bolaños, jugador de la Liga, lo amedrentaron definitivamente estas organizaciones delictivas. Y cuando se trata de precautelar la seguridad de uno, de la familia, es una razón para pensarlo muchas veces. Ellos no tienen nada que perder, nosotros como ciudadanos, sí”, manifestó.
El manejo de víctimas y testigos de la Fiscalía, a veces funciona, en otros casos no y Bolaños es un hombre público, no podría andar con un contingente de policías, aseguró Armijos.
El jugador de Liga, “Chucho” Bolaños, enfatizó: “Ya no quiero saber nada del tema”. Se espera que en esta semana el juez emita una resolución del caso.