Para proteger a los artesanos nacionales, el régimen aplicó un impuesto mixto, que contempla el cobro de un arancel de $ 6 por la importación de cada par de zapatos más un 10% sobre el costo.
El desarrollo de la producción y comercialización de la industria del calzado y del cuero es notable en el país en los últimos tres años. Luego de que el Gobierno potenciara el sector en 2009, los ecuatorianos usan más zapatos nacionales.
Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara del Calzado de Tungurahua (Caltu) indicó que el cambio en el sector es evidente, gracias a la política de salvaguarda arancelaria mixta.
El objetivo de las autoridades nacionales es mejorar la competitividad de los sectores productivos y fomentar su internacionalización, con lo cual se espera obtener mayores divisas y equilibrar la balanza de pagos, de acuerdo al subsecretario de Micro, pequeña y mediana empresa (Mipymes), Ricardo Zambrano.
La iniciativa obligó al sector a buscar capacitación y asistencia técnica para “mejorar sustancialmente en cuanto a calidad, moda y tendencia”, recalcó Villavicencio. Este requerimiento fue asumido por el Ministerio de Industria y Productividad (Mipro).
Según Zambrano, desde el año 2008 esta cartera de Estado ha invertido un millón de dólares para implementar el centro de diseño en Ambato. A la vez, en este tiempo, se han producido ruedas de negocio a escala nacional y por otro lado los fabricantes del calzado han obtenido créditos desde 50.000 hasta 100.000 dólares para adquirir nueva tecnología, materiales, entre otros.
Villavicencio recalcó que las capacitaciones fueron abiertas para los artesanos del calzado que están ubicados principalmente en la provincia de Tungurahua y para los pequeños y medianos empresarios.
Decisión del sector que les permitió crecer, mejorar su producto y aumentar las ventas, “en 2011 alcanzaron a 28 millones de pares de zapatos producidos y puestos a la venta que superó a la cifra de fabricación de 2008, que fue de 15 millones de pares”, acotó Villavicencio.
El incremento de la producción fue el resultado de que este entrenamiento no solo estuvo dirigido a los propietarios de los talleres del calzado, sino también a los operarios que se insertaron en el sector.
La presidenta de la Caltu insiste en que en estos años que se ha aplicado la salvaguarda el sector aumentó las plazas de trabajo, alcanzando a 100.000 personas. De igual forma se incrementó el número de talleres, si en 2008 eran 600 ahora hay 4.500.
Para proteger a la industria ecuatoriana, el régimen aplicó un impuesto mixto, que contempla el cobro de un arancel de $ 6 por la importación de cada par de zapatos más un 10% de ad valorem (de acuerdo al precio).
Anteriormente, recordó Villavicencio, el calzado, principalmente de la China, llegaba al país a un costo de 0,45 centavos de dólar, por lo cual era imposible que la industria nacional pudiera competir.
Un principio fuerte que los mueve es la asociatividad, por lo que trabajan en los proyectos exporta fácil y exporta pyme (programas de cofinanciamiento), en beneficio de los productores del calzado.
“Lo que motiva al Gobierno a financiar el mejoramiento de la producción del calzado, comercialización dentro y fuera del país, es el consumo de este producto que en 2008 bordeaba el 1% y 1,3% pares de zapatos por persona, que a la fecha es de 2 pares. Esta cifra es lo que debemos incrementar”, recalcó el subsecretario de Mipymes.
Pero el desarrollo de la industria del calzado, y de los fabricantes de ciertas prendas de vestir, va acompañado del trabajo que realizan las curtiembres en diferentes provincias, como son Tungurahua, Chimborazo, Imbabura, Azuay, entre otras.
Una curtiembre o curtiduría es donde se realiza el curtido, proceso que convierte las pieles de los animales en cuero.
Ximena Albán, presidenta nacional de la Asociación Nacional de Curtidores del Ecuador (Ance), indicó que este sector también ha dado grandes cambios en su oficio para obtener una producción favorable para el sector. Por ejemplo, la dirigenta del gremio dijo que desde el año pasado se ha prohibido que la piel cruda salga del país.
Aunque una debilidad es no tener datos actuales del total de despostes de ganado que se realizan desde 2009, pues en 2008 fue de 780.000 cabezas.
De acuerdo a Albán, contrarrestar la exportación de piel cruda ayuda a las curtiembres a tener más trabajo. Pero, por otro lado, el compromiso de los curtidores es regularizar el negocio, por lo que ya trabajan con el Servicio de Rentas Internas (SRI). En la provincia de Tungurahua se encuentra el 85% de las curtiembres del país.