Los últimos casos de asaltos sexuales a mujeres durante las protestas, llevaron hoy a varios cientos de personas a alzar su voz en El Cairo contra este fenómeno, que cada vez es más violento y organizado.
«Abajo el acoso sexual» y «Egipto para los egipcios y las egipcias» fueron algunos de los lemas coreados por los manifestantes, entre los que había tanto hombres como mujeres, aunque ellas eran mayoría.
Desde la mezquita de Sayeda Zeinab, la nieta del profeta Mahoma, los participantes marcharon hacia la plaza de Tahrir, escenario en los últimos meses de graves ataques contra las féminas e incluso violaciones.
La joven activista Farah Shash dijo a Efe que los asaltos sexuales han aumentado «drásticamente» desde el pasado noviembre, cuando estallaron protestas contra el acta constitucional que blindaba los poderes del presidente egipcio, Mohamed Mursi, ante la justicia.
«Ahora los ataques son más violentos y los testimonios de las víctimas demuestran que los agresores están organizados», aseguró Shash, del Centro Nadim para la Rehabilitación Psicológica de las Víctimas de Violencia y Tortura, que denunció la falta de actuación de la policía y la impunidad de la que gozan los atacantes.
Estos asaltos en Tahrir contrastan con la buena atmósfera vivida en esta emblemática plaza durante la revolución del 25 de Enero de 2011, que derrocó al régimen de Hosni Mubarak.
Una de las pancartas recordaba esa época con el lema «18 días sin acoso», mientras que las presentes en la manifestación lamentaban que Tahrir ya no sea un lugar seguro para las mujeres.
Para muchos, estos ataques tiene el objetivo de disuadir a las mujeres de acudir a las protestas, pese a que durante la revolución lucharon codo a codo junto a lo hombres, dijo a Efe Rania, miembro del grupo Operación contra el Acoso y el Asalto Sexual.
La manifestación de hoy rindió homenaje a grandes mujeres de la escena egipcia como la fallecida cantante Um Kulzum y la pionera feminista Hoda Shaaraui.
Sus rostros decoraban algunas de las banderas que presidían la marcha, junto con el de la veterana activista Shahinda Mealed, a quien recientemente un salafista tapó la boca durante una protesta frente al Palacio Presidencial de El Cairo.