El diario mexicano La Jornada reveló, en base a fuentes federales que pidieron anonimato, que las autoridades hallaron muerto a uno de los investigadores de la matanza que estaba desaparecido. Las fuentes presumen que fue asesinado por Los Zetas, el mismo grupo criminal sobre el que pesan todas las sospechas por los fusilamientos.
El agente del Ministerio Público habría sido emboscado cuando regresaba de hacer las primeras pesquisas en el rancho donde fueron ejecutados los migrantes. Ni las autoridades federales ni las locales informaron sobre el estado de la investigación ni revelaron la identidad del decapitado.
En la misma zona se encontró el cadáver de un comandante de la policía local, también decapitado, pero ni las autoridades locales ni la Procuraduría General de la República establecieron algún vínculo entre ese oficial y la matanza de Tamaulipas.
En tanto, la Armada de México inició un rastrillaje en El Huizachal, municipio de San Fernando, para asegurarse de que no hay más cadáveres ni «narcofosas» en la zona.
La fiscalía del estado mexicano de Tamaulipas, al noreste del país, se encontraba investigando las «versiones» sobre la desaparición de dos policías en el poblado de San Fernando.
Según informó a AFP un vocero de la Procuraduría de Justicia local, «existen versiones de que un policía ministerial (investigador) y uno de la dirección de tránsito están desaparecidos (desde el jueves), pero no hay denuncia formal. La procuraduría ya está investigando».