La Penitenciaría del Litoral, ubicada en Guayaquil, entró en una etapa de modernización destinada a mejorar los sistemas de seguridad. Muros de hormigón armado con veintiún centímetros de espesor, puertas operadas de forma electrónica y celdas que garantizan el aislamiento total del recluso forman parte de las características de los nuevos pabellones que se levantan en el interior del centro carcelario.
Alrededor de $ 1’800.000 han sido destinados para la construcción de los doce pabellones que formarán parte del complejo penitenciario, explicó Víctor Silva, superintendente de la obra, quien reveló que este tipo de infraestructura cuenta con las características propias de una cárcel con altos niveles de seguridad. “La edificación está a la par de la Cárcel de Máxima Seguridad, conocida como La Roca”.
Para ángel Panta, jefe de los guías penitenciarios, con la tecnología utilizada en este penal los personas privadas de la libertad (PPL) tendrán más restricciones.
Dijo que actualmente los internos, por ejemplo, cuentan con la potestad de ingresar a las celdas que ellos quieran, sin ningún control.
Panta consideró que esta situación cambiará con los sistemas electrónicos utilizados para abrir y cerrar las puertas de cada celda.
La obra total incluye la construcción de 1.200 celdas que tendrán una capacidad para albergar a 2.400 PPL. Adicionalmente, cada pabellón contará con un taller, lavandería, patio y quince cuartos para visitas conyugales.
La reconstrucción del centro surge luego de un estudio de la Unidad Transitoria de Gestión Emergente para la Construcción y Puesta en Funcionamiento de los Centros de Rehabilitación Social (Utccrs), entidad adscrita al Ministerio de Justicia, el cual reveló que los sistemas de alcantarillado y agua potable de los centros de rehabilitación social del país están colapsados en más del 70% y que los sistemas eléctricos se encuentran obsoletos en casi el 100%. “Todas esas redes obsoletas fueron desechadas y reemplazadas por nuevas, al igual que la infraestructura”, aclaró Silva.
Los PPL serán reubicados en las nuevas áreas de acuerdo a la situación en que se encuentren. “Primero irán los que ya tienen una sentencia en su contra”, detalló Héctor Reyna, director provincial de Rehabilitación Social del Guayas.
El traspaso se dará una vez que las nuevas construcciones estén listas, con el fin de que la constructora empiece otras obras en los sitios que van quedando vacíos.
Al referirse al nivel de hacinamiento existente, manifestó que la nueva infraestructura permitirá descongestionar en algo el problema existente en el antiguo centro, que solo tiene capacidad para 1.600 internos y alberga a 4.600 aproximadamente.
No obstante, señaló que el hacinamiento es difícil erradicarlo. “Si construyes un centro pensando en 3.000 PPL, siempre habrá más de ese límite”, acotó. “Por cada uno que sale (en libertad) otros tres entran por un delito”, puntualizó.