El poeta chileno Nicanor Parra se convirtió en el decimoctavo escritor latinoamericano en ganar el Premio Cervantes, el más importante de las letras hispanas, que concede el Ministerio de Cultura español desde 1976.
De los 37 autores distinguidos en las 36 ediciones de este prestigioso galardón -en 1979 fue compartido por Gerardo Diego y Jorge Luis Borges-, 18 son de Hispanoamérica y 19 de España.
Parra (1914) se transforma, además, en el tercer chileno laureado con el Cervantes, después de que sus compatriotas Jorge Edwards y Gonzalo Rojas fueran reconocidos en 1999 y 2003, respectivamente.
El fallo del galardón, dotado con 125 mil euros, fue hecho público este jueves por la ministra de Cultura del país ibérico, ángeles González-Sinde, quien explicó que fueron necesarias ocho votaciones hasta alcanzar el consenso.
Creado en 1975, el Cervantes reconoce la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico. Tras el anuncio, la presidenta del jurado, Margarita Salas, subrayó que Parra tiene una trayectoria muy amplia, toda una vida dedicada a la poesía, pero no sólo eso, es también físico.
Admitió que entre los factores que influyeron para gratificar al poeta suramericano estuvo la existencia de esa norma no escrita, según la cual se turnan las entregas entre autores españoles e iberoamericanos.
En su edición de 2010, el prestigioso premio recayó en la escritora catalana Ana María Matute, recordó Salas.
A continuación la lista completa de los ganadores de las 36 ediciones del Premio Cervantes:
1976 Jorge Guillén (España).
1977 Alejo Carpentier (Cuba).
1978 Dámaso Alonso (España).
1979 Gerardo Diego (España) y Jorge Luis Borges (Argentina).
1980 Juan Carlos Onetti (Uruguay).
1981 Octavio Paz (México).
1982 Luis Rosales (España).
1983 Rafael Alberti (España).
1984 Ernesto Sábato (Argentina).
1985 Gonzalo Torrente Ballester (España).
1986 Antonio Buero Vallejo (España).
1987 Carlos Fuentes (México).
1988 María Zambrano (España).
1989 Augusto Roa Bastos (Paraguay).
1990 Adolfo Bioy Casares (Argentina).
1991 Francisco Ayala García-Duarte (España).
1992 Dulce María Loynaz del Castillo (Cuba).
1993 Miguel Delibes Setién (España).
1994 Mario Vargas Llosa (Perú).
1995 Camilo José Cela Trulock (España).
1996 José García Nieto (España).
1997 Guillermo Cabrera Infante (Cuba).
1998 José Hierro del Real (España).
1999 Jorge Edwards (Chile).
2000 Francisco Umbral (España).
2001 álvaro Mutis (Colombia).
2002 José Jiménez Lozano (España).
2003 Gonzalo Rojas (Chile).
2004 Rafael Sánchez Ferlosio (España).
2005 Sergio Pitol (México).
2006 Antonio Gamoneda (España).
2007 Juan Gelman (Argentina).
2008 Juan Marsé (España).
2009 José Emilio Pacheco (México).
2010 Ana María Matute (España).
2011. Nicanor Parra (Chile).
Algunos textos de Parra:
CAMBIOS DE NOMBRE
A los amantes de las bellas letras Hago llegar mis mejores deseos Voy a cambiar de nombre a algunas cosas. Mi posición es ésta : El poeta no cumple su palabra Si no cambia los nombres de las cosas. ¿Con qué razón el sol Ha de seguir llamándose sol? ¡Pido que se llame Micifuz El de las botas de cuarenta leguas!
¿Mis zapatos parecen ataúdes? Sepan que desde hoy en adelante Los zapatos se llaman ataúdes. Comuníquese, anótese y publíquese Que los zapatos han cambiado de nombre : Desde ahora se llaman ataúdes. Bueno, la noche es larga Todo poeta que se estime a sí mismo Debe tener su propio diccionario Y antes que se me olvide Al propio dios hay que cambiarle nombre Que cada cual lo llame como quiera : Es es un problema personal.
CARTAS A UNA DESCONOCIDA
Cuando pasen los años, cuando pasen los años y el aire haya cavado un foso entre tu alma y la mía; cuando pasen los años y yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines, ¿dónde estarás tú? ¡Dónde estarás, oh hija de mis besos!
DEFENSA DE VIOLETA PARRA
Dulce vecina de la verde selva Huésped eterno del abril florido Grande enemiga de la zarzamora Violeta Parra.
Jardinera locera costurera Bailarina del agua transparente árbol lleno de pájaros cantores Violeta Parra.
Has recorrido toda la comarca Desenterrando cántaros de greda Y liberando pájaros cautivos Entre las ramas.
Preocupada siempre de los otros Cuando no del sobrino de la tía Cuándo vas a acordarte de ti misma Viola piadosa.
Tu dolor es un círculo infinito Que no comienza ni termina nunca Pero tú te sobrepones a todo Viola admirable.
Cuando se trata de bailar la cueca De tu guitarra no se libra nadie Hasta los muertos salen a bailar Cueca valseada.
Cueca de la Batalla de Maipú Cueca del Hundimiento del Angamos Cueca del Terremoto de Chillán Todas las cosas.
Ni bandurria ni tenca ni zorzal Ni codorniza libre ni cautiva Tú solamente tú tres veces tú Ave del paraíso terrenal.
Charagüilla gaviota de agua dulce Todos los adjetivos se hacen pocos Todos los sustantivos se hacen pocos Para nombrarte.
Poesía pintura agricultura Todo lo haces a las mil maravillas Sin el menor esfuerzo Como quien se bebe una copa de vino.
Pero los secretarios no te quieren Y te cierran la puerta de tu casa Y te declaran la guerra a muerte Viola doliente.
Porque tú no te vistes de payaso Porque tú no te compras ni te vendes Porque hablas la lengua de la tierra Viola chilensis.
¡Porque tú los aclaras en el acto!
Cómo van a quererte me pregunto Cuando son unos tristes funcionarios Grises como las piedras del desierto ¿No te parece?
En cambio tú Violeta de los Andes Flor de la cordillera de la costa Eres un manantial inagotable De vida humana.
Tu corazón se abre cuando quiere Tu voluntad se cierra cuando quiere Y tu salud navega cuando quiere Aguas arriba!
Basta que tú los llames por sus nombres Para que los colores y las formas Se levanten y anden como Lázaro En cuerpo y alma.
¡Nadie puede quejarse cuando tú Cantas a media voz o cuando gritas Como si te estuvieran degollando Viola volcánica!
Lo que tiene que hacer el auditor Es guardar un silencio religioso Porque tu canto sabe adónde va Perfectamente.
Rayos son los que salen de tu voz Hacia los cuatro puntos cardinales Vendimiadora ardiente de ojos negros Violeta Parra.
Se te acusa de esto y de lo otro Yo te conozco y digo quién eres ¡Oh corderillo disfrazado de lobo! Violeta Parra.
Yo te conozco bien hermana vieja Norte y sur del país atormentado Valparaíso hundido para arriba ¡Isla de Pascua!
Sacristana cuyaca de Andacollo Tejedora a palillo y a bolillo Arregladora vieja de angelitos Violeta Parra. Los veteranos del Setenta y nueve Lloran cuando te oyen sollozar En el abismo de la noche oscura ¡Lámpara a sangre!
Cocinera niñera lavandera Niña de mano todos los oficios Todos los arreboles del crepúsculo Viola funebris.
Yo no sé qué decir en esta hora La cabeza me da vueltas y vueltas Como si hubiera bebido cicuta Hermana mía.
Dónde voy a encontrar otra Violeta Aunque recorra campos y ciudades O me quede sentado en el jardín Como un inválido.
Para verte mejor cierro los ojos Y retrocedo a los días felices ¿Sabes lo que estoy viendo? Tu delantal estampado de maqui.
Tu delantal estampado de maqui ¡Río Cautín! ¡Lautaro! ¡Villa Alegre! ¡Año mil novecientos veintisiete Violeta Parra! Pero yo no confío en las palabras ¿Por qué no te levantas de la tumba A cantar a bailar a navegar En tu guitarra?
Cántame una canción inolvidable Una canción que no termine nunca Una canción no más una canción Es lo que pido.
Qué te cuesta mujer árbol florido álzate en cuerpo y alma del sepulcro Y haz estallar las piedras con tu voz Violeta Parra
Esto es lo que quería decirte Continúa tejiendo tus alambres Tus ponchos araucanos Tus cantaritos de Quinchamalí Continúa puliendo noche y día Tus toromiros de madera sagrada Sin aflicción sin lágrimas inútiles O si quieres con lágrimas ardientes Y recuerda que eres Un corderillo disfrazado de lobo.
EL HOMBRE IMAGINARIO
El hombre imaginario vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imaginarios irreparables grietas imaginarias que representan hechos imaginarios ocurridos en mundos imaginarios en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias sube las escaleras imaginarias y se asoma al balcón imaginario a mirar el paisaje imaginario que consiste en un valle imaginario circundado de cerros imaginarios.
Sombras imaginarias vienen por el camino imaginario entonando canciones imaginarias a la muerte del sol imaginario.
Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario vuelve a sentir ese mismo dolor ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.
AROMOS
Paseando hace años Por una calle de aromos en flor Supe por un amigo bien informado Que acabas de contraer matrimonio. Contesté que por cierto Que yo nada tenía que ver en el asunto. Pero a pesar de que nunca te amé
-Eso lo sabes tú mejor que yo- Cada vez que florecen los aromos -Imagínate tú- Siento la misma cosa que sentí Cuando me dispararon a boca de jarro La noticia bastante desoladora De que te habías casado con otro.