El noreste de Estados Unidos, incluyendo el área de Nueva York, comenzó a sufrir el viernes por la mañana lo que se anuncia como una poderosa tormenta invernal, con las primeras nevadas y ráfagas de viento. Esto obligó a cancelar miles de vuelos.
«Una tormenta invernal mayúscula comenzó a abatirse sobre el noreste de Estados Unidos con pronóstico de condiciones de tempestad para la noche del viernes y la madrugada del sábado», señaló el servicio meteorológico nacional (NWS, según sus siglas en inglés) a las 10H00 locales (15H00 GMT).
El NWS anuncia hasta 60 centímetros de nieve y posibles vientos huracanados de unos 110 km/h desde Nueva Jersey hasta Maine, en la frontera con Canadá, en una franja costera que incluye también a los estados de Nueva York, Connecticut, Rhode Island y Massachusetts.
El noreste de Estados Unidos todavía está golpeado por el paso el 29 de octubre pasado del huracán Sandy, que dejó más de 130 muertos y devastó a Nueva York y Nueva Jersey.
Las autoridades comenzaron ya el jueves por la tarde a tomar medidas de prevención y más de 3.000 vuelos fueron cancelados desde entonces en los aeropuertos de la región, según el sitio especializado Flightaware.com.
La mitad de esas anulaciones correspondían a vuelos en los tres aeropuertos neoyorquinos: JFK, La Guardia y Newark.
El servicio de trenes entre Nueva York y Washington y hacia el noreste sería interrumpido a partir del viernes por la tarde.
Según el NWS, la combinación de dos frentes tormentosos es lo que da lugar al fenómeno meteorológico, que volverá «peligroso sino imposible» viajar en la región.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, previno a los habitantes de la Gran Manzana de que se preparen para lo peor.
«Debido a posibles cortes del suministro eléctrico y dificultades en el transporte, se aconseja a los neoyorquinos almacenar suministros, incluyendo medicamentos», dijo Bloomberg.
Tanto Nueva York como Nueva Jersey ya han preparado personal y equipamiento adicionales para remover nieve.
En Boston, donde la tormenta se haría sentir con más fuerza, las escuelas no abrieron el viernes y su alcalde Thomas Menino ordenó a los empleados municipales que no cumplen tareas imprescindibles quedarse en casa.
«Recibí una llamada automática el jueves por la noche diciendo que la escuela estará abierta como refugio de emergencia y advirtiendo a la gente que vive en la costa para evacuarnos», indicó a la AFP Colleen Duffey, de 50 años y residente de Scituate (sur de Boston, Massachusetts).