El secretario de la Administración Pública, Vinicio Alvarado, relató los motivos que lo impulsaron a interponer una acción judicial contra la activista indígena Mónica Chuji y las razones para tomar la decisión de perdonarla, luego que la justicia ratificara que existió el delito de injurias. El pasado jueves, el tribunal vigésimo cuarto de lo Penal de Pichincha encontró a Chuji como responsable del delito de injurias calumniosas y la sentenció a 12 meses de cárcel y una multa de USD 100 mil. Chuji había acusado a Alvarado de enriquecerse a raíz de su ingreso al gobierno.
Alvarado, uno de los funcionarios que tiene mayor tiempo en el equipo de gobierno del presidente Rafael Correa, dijo que inició el juicio en defensa de su familia, que ha tenido que pasar más de un mal rato por la acusación que realizó Chuji en un diario de alcance nacional.
En entrevista con el medio oficial El Ciudadano, dijo que por la alta incidencia que tiene en la sociedad, la prensa debe ser responsable con los contenidos que difunde. Además sostuvo que la verdadera lucha que lleva a delante el gobierno no tiene que ver por su relación con los medios sino con la verdad y la responsabilidad de quienes laboran en ellos.
¿Cómo analizó esta sentencia inicial y la medida y el anuncio que hizo después?
– Hace algunos meses la señora Chuji, en una entrevista que tuvo en un importante diario de Quito, de trascendencia nacional y también internacional a través de sus páginas electrónicas, se permitió acusarme de que gracias a y debido a mis funciones, durante el tiempo que ejercido mis funciones, mi estatus económico había cambiado y me calificaba como nuevo rico. Sugiriendo que debido a mis acciones, en el ejercicio de mis funciones, había hecho algunos manejos anti éticos que habían permitido que me convierta en un nuevo rico.
Frente a eso, y debido a la gravedad de sus injurias y acusaciones, decidimos ponerle un juicio privado para que la señora pueda demostrar sus acusaciones o de lo contrario ser juzgada como una persona difamadora, mentirosa e injuriadora. Luego de un proceso largo, han pasado casi once meses de aquella publicación y habiendo presentado los argumentos de parte y parte, el juez 14 de Garantías Penales sentenció a la señora Chuji por los delitos de injuria calumniosa, poniéndole una pena de un año de cárcel y una indemnización de 100 mil dólares.
Nuestro afán no era precisamente perseguir a una persona, pero sí perseguir un delito y le pusimos mucho esfuerzo, mucho empeño, en que la verdad salga a la luz, no solo por la verdad per se, que a final de cuentas es lo más importante, que los ciudadanos conozcan la verdad en torno a esta intriga que se generó. Porque usted entenderá que lo que sale en los medios tiene alta repercusión social, y repercute en el ejercicio mismo de la persona injuriada: alrededor de su familia, de sus amigos, de sus actividades empresariales y, en mi caso, también alrededor de las funciones públicas que ejerzo.
El primer punto era que surja la verdad, y el otro, que a través de ella poder limpiar la imagen que había sido expresa y maliciosamente pretendida ser ensuciada con las consecuencias que todos conocemos cuando sufrimos un tipo de estos hechos alrededor de la tranquilidad familiar, de las relaciones y que da lugar muchas veces para que personas inescrupulosas, violentas, desadaptadas, puedan llegar a las agresiones verbales y físicas.
– Si bien este fue un juicio privado, tomó ribetes políticos. Se incluyó al mismo gobierno y se denunció, en algunas circunstancias, que esta era una persecución más del régimen al sector indígena o a quien piensa diferente…
– Primero, los ciudadanos deben tener claro que hay alrededor de 12 mil juicios por injurias en el estado ecuatoriano. Las perspectivas cambian cuando es frente a un funcionario público o cuando se relaciona a algún medio de comunicación. La opción que tomé yo es tener una defensa privada del caso, pero evidentemente, por las funciones que ejerzo, y por las actividades políticas que ejerce la señora Chuji relacionada a determinados movimientos sociales, se le quiso dar una connotación política. Y más allá de eso, derivó en una pretendida interpretación como si fuera una persecución política y más aún por tratarse de una persona que representa a sectores indígenas.
Creo que en temas de respeto y de honra no caben esas consideraciones. He hecho un símil: qué diferencias reales existen en la señora Chuji por el hecho que se autodefina indígena amazónica. Yo también podría definirme montubio de la Costa. La señora Chuji es una profesional que se ha preparado y ha estudiado, yo también lo he hecho. Es una madre de familia, yo también soy un padre de familia. Lo peor de todo es que fue una funcionaria, secretaria de estado, ejercicio que yo todavía lo hago. Creo que por ahí no va la cosa. Creo que son distorsiones, movidas o interpretaciones políticas a afectos de desviar la verdad.
La verdad significa el respeto a la honra de los seres humanos, que no tiene ninguna relación con cómo te maquillas, el traje que usas o la organización social a la que pertenece. El respeto a la honra es universal, además está sustentada en la Declaración de los Derechos Humanos y basado en eso es que planteé este juicio.
En la entrevista que Mónica Chuji dice que usted es el nuevo rico del gobierno y que eso va vinculado al manejo de la publicidad que realiza en el ejercicio del régimen. ¿Cuánto afectó en su vida personal, profesional, familiar esta acusación ya en la práctica?
– En cierta forma, mucho. Aunque quienes somos sabedores de nuestra propia integridad personal siempre caminamos seguros por los caminos que nos toca transitar. No dejemos de lado que yo ya cumplí un periodo completo de gobierno y estoy próximo a cumplir cinco años en este cargo , cargo muy delicado donde no ha habido un antecedente que un funcionario público se haya mantenido, creo que ni siquiera un periodo completo. Es evidente que afecta porque se va generando una sensación que es exacerbada, repetida, replicada y aumentada por otros actores, en muchos casos medios de comunicación, políticos que perversamente toman esto como si fuera una verdad absoluta y sobre eso re argumentan adicionalmente y construyen una realidad.
El ejercicio de la libertad de expresión nadie lo utilizó mejor que la señora Mónica Chuji: en una entrevista dijo todo lo que quiso porque no creo que el diario le haya mutilado cosas que ella hubiera querido que se diga. Incluso para los efectos del juicio se pidió la grabación y la transcripción fiel, a través de un perito que fue parte de los elementos que se pusieron en el proceso.
La verdadera diferencia de la libertad de expresión es la obligación de tener una responsabilidad ulterior de lo que decimos, sino es libertinaje. No podemos salir de buenas a primeras a salir a cualquier medio de comunicación y poder ofender, humillar a las personas, simplemente por el hecho que fue a través de un medio de comunicación.
Uno de los temas que se discutió es que pudo haber planteado una demanda civil y no penal, que tiene otro tipo de connotaciones…
– Consideramos que la acusación de la señora, la figura, y el delito cometido, realmente se encuadraba en un delito penal.
Usted después de que el juez toma la decisión de sentenciar a Mónica Chuji un año de prisión y al pago de 100 mil dólares de indemnización decide perdonarla ¿por qué?
– Bueno, nosotros no queremos ver individuos en la cárcel, queremos ver la verdad en la calle. No queremos 100 mil dólares para nosotros cuando honestamente podemos seguir trabajando. Aunque la sentencia lo plantea como una indemnización ante nuestra honra afectada, yo creo que con la sentencia nuestra honra ha sido retribuida. Que la opinión pública conozca que lo de la señora fue una injuria, una expresa mentira y ánimo de hacernos daño y con eso nos sentimos satisfechos. Por lo tanto tomamos la opción de hacer un perdón y establecer la figura jurídica de remisión donde se da por terminada la acción por nosotros planteada.
Creemos que es un precedente que estamos dejando ante la opinión pública y, particularmente, no nos mueve el ánimo de persecución, de crear situaciones a efecto de que los supuestos contradictores estén en la cárcel. A mi permanentemente se me critica, se opina alrededor de mis funciones, y siempre vamos a recibir esas críticas con la obligación de escucharlas, atenderlas y modificar, pero no vamos a permitir ofensas gratuitas, acusaciones graves. Estamos entregándole mucho a este proyecto, mucho sacrificio familiar, creo que nos cuesta mucho para ser muy livianos y no valorarla y permitir que sea destruida de forma ligera por irresponsables. Tomaremos la alternativa en su momento, una vez que los jueces dictaminen las respectivas. No es que (el perdón) va a ser una conducta permanente.
¿Puede ser por la connotación política y por lo que significa, por ejemplo, que Mónica Chuji representa a un sector importante en la sociedad como son los indígenas?
– No, porque sino no hubiera tomado la decisión de enjuiciarla. Nuestro afán era que brille la verdad. Creemos que es un buen precedente y aspiramos que sea ejemplarizador, no para quedar como una persona magnánima que supe perdonar, no (sino para), que las cosas se manejen con responsabilidad, con respeto al ser humano.
El juicio permite que los ciudadanos puedan valorar que existe la honra. Segundo, que existe la posibilidad de demandar la restitución de la honra perdida. Tercero, que hay la posibilidad que la justicia dicte sentencia. Y cuarto, que pueden tomar la opción de un momento dado, una vez que ha conseguido el objetivo que en verdad brille la justicia, establecer el perdón.
Lo más importante es que sea un ejemplo para que nuevos actores políticos, personas, periodistas, medios, manejen con respeto la honra humano. A mí me gustaría sentarme frente a un periodista y decirle todas las semanas todas las injurias que me den la gana a ver si le parece correcto. (La sentencia) Debe ser un punto de partida para que comencemos a cambiar esa conducta irresponsable, perversa, maliciosa de pretender que porque somos líderes políticos, porque estamos detrás de un medio, ofender la honra de las personas.