El sistema carcelario actual tiene muchas deficiencias, razón por la cual fue declarado en emergencia en 2010. El hacinamiento es uno de los mayores problemas para las personas privadas de la libertad (PPL), a lo que se suman la ineficiencia al momento de detectar cómo ingresan armas, celulares, licor y drogas a los diversos reclusorios que existen a nivel nacional.
Ver infografía ampliada
Para contrarrestar esta problemática, en parte, en Guayaquil se ha edificado el Centro de Privación de Libertad Regional Guayas, reclusorio que empezará a funcionar en los próximos días. Esta es la primera cárcel de máxima seguridad del país. Su construcción, que contó con más de 1.000 obreros trabajando las 24 horas del día en turnos rotativos, duró 15 meses y la obra tuvo un costo de 66'509.584 dólares.
Este nuevo reclusorio, que será inaugurado en los próximos días, tiene capacidad para 3.410 reos. El modelo del centro, innovador en el país, nació luego del análisis de planes que han obtenido resultados positivos en otros países. «Hemos tenido colaboración de Chile, de Francia y otros países para poder desarrollar un modelo de gestión que se acomode a nuestras necesidades», afirma Johana Pesántez, ministra de Justicia.
La funcionaria explica que la infraestructura de la nueva cárcel está basada en los estándares internacionales en lo que se refiere a máxima seguridad, «no solo por los ductos de ingreso, de los escáneres, de las sillas para detección de metales, sino también por las cerca de 800 cámaras que tenemos ahora».
Respecto a la división de los pabellones, en el caso de los hombres (máxima, mediana y mínima seguridad), si un reo que está en el área de mayor seguridad muestra un comportamiento ejemplar, éste podrá ser traspasado al sector de mediana vigilancia. Pero así como hay beneficios por un correcto actuar de los reclusos, si alguno muestra un accionar negativo, puede pasar de mínima a máxima seguridad.
El equipamiento general de la cárcel es antivandalismo. No hay ningún tomacorriente para evitar que los presos realicen algún tipo de cortocircuito o utilicen la corriente para su beneficio. Además, no podrán tener objetos eléctricos ni electrónicos dentro de las celdas.
Según los estudios realizados para la creación de esta cárcel, un reo ocupado es más productivo y de esta forma tiene menos tiempo para realizar actos de indisciplina. Los internos se tienen que despertar a las 06:00 para bañarse y desayunar. Luego deberán hacer algún tipo de actividad.
Todos los privados de la libertad que ingresen al centro deberán estudiar. Además, se les realizará un examen médico completo, para ver en qué situación ingresan. Al visitar la obra, en días pasados, Rafael Correa, presidente de la República, hizo algunas observaciones a la construcción, pero en términos generales quedó complacido con la nueva cárcel.
«Son dilemas de política. Esto (la cárcel) nos cuesta 66 millones de dólares, eso es un hospital de 400 camas, 20 escuelas del milenio… son dilemas, pero hay que cumplir también con los derechos de las personas privadas de la libertad. Pierden la libertad por un error cometido, pero nunca pierden la dignidad de seres humanos», indicó el Mandatario.
Resaltó el nivel de seguridad del sitio, pero destacó que «de nada vale la inversión en la obra si hay corrupción en los guías». De allí que hizo un llamado a que se haga una exhaustiva revisión de las personas que vayan a laborar en la cárcel. «Hay que evitar la corrupción, los guías deberán pasar por el polígrafo», advirtió Correa.
En el centro habrá espacios de carpintería, metalmecánica, costura y manualidades para los talleres del área laboral y aulas de estudio para el área educativa. El pabellón de máxima seguridad cuenta con 324 celdas unipersonales. En esta área hay canchas deportivas, áreas educativas, sanidad, visitas familiares, visitas íntimas, distribución de alimentos y filtros de ingreso. Además, hay sistemas de circuito cerrado de televisión y alarmas contra incendios.
En los pabellones de mediana y mínima seguridad se construyeron 354 celdas bipersonales. Además de las áreas mencionadas en el pabellón de máxima seguridad, en esta área hay departamento jurídico, sector de talleres y edificios de control. Con 128 celdas, el pabellón de mujeres es el de menor capacidad.
En las áreas exteriores del centro carcelario se construyeron una cisterna con capacidad de 1.000 metros cúbicos, 6 subestaciones eléctricas, 7 garitas de vigilancia altas perimetrales y tanques de tratamiento de aguas servidas.
Con respecto a las visitas, cada PPL podrá recibir a una sola persona, por un tiempo máximo de dos horas. Esto varía con la actual Penitenciaría del Litoral, donde el reo puede recibir varias visitas a la vez.
Quienes acudan al centro a ver a sus allegados gozarán de una sala de espera en la que contarán con aire acondicionado, televisores y demás comodidades, esto por pedido de Correa. En el diseño original, la sala de espera era un galpón con rejas.
Previo al ingreso al centro carcelario para estar en contacto con un recluso, los visitantes deberán pasar por un detector de metales general (en forma de arco) y luego serán sentados en una silla equipada con sensores que detectarán si llevan consigo algún tipo de substancia ilegal o arma adherida a las partes íntimas de su cuerpo.