«Por favor, rece por mí y por mi familia». Eso le ha pedido el presidente estadounidense, Barack Obama, a Francisco. Obama le hizo esa petición al Papa al despedirse de él con un largo y caluroso apretón de manos tras concluir la audiencia privada de más de 50 minutos (exactamente 52) que ambos han mantenido hoy en El Vaticano.
Era la primera vez que Obama y Francisco se veían cara a cara, aunque el presidente estadounidense ya había dejado claro en varias ocasiones su aprecio hacia el Papa. Y hoy lo ha reafirmado: «Es un honor, soy un gran admirador suyo», le ha dicho al pontífice al encontrarlo en la biblioteca del suntuoso apartamento pontificio en el que Francisco se ha negado a vivir y que sólo utiliza para reuniones de protocolo con jefes de Estado y mandatarios importantes. «¿Cómo está? Es un placer conocerlo. Muchas gracias por recibirme. Es maravilloso encontrarlo», añadió Obama.
A continuación, a las 10.28 horas, el líder de Estados Unidos y el de 1.200 millones de católicos se encerraron a solas (con la única excepción de los intérpretes). La cita se prolongó durante 50 minutos.
Al concluir el encuentro, se produjo el tradicional intercambio de regalos. Obama obsequió al Papa con semillas del jardín de la Casa Blanca. «Si puede venir a la Casa Blanca podrá ver usted mismo los jardines», dijo Obama al Papa, invitándole de ese modo a visitar Estados Unidos.
Francisco, por su parte, le regaló a Obama dos medallas de bronce, una con la imagen de un ángel y la otra con la primera piedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano. Y también le entregó una copia de su exhortación apostólica «Evangelii Gaudium». «La leeré en el despacho oval cuando esté frustrado y espero que me calme», le indicó Obama a Francisco. «Eso espero», respondió el Papa.
«Su Santidad es quizás el único en el mundo que debe sufrir un protocolo peor que el mío», bromeó el inquilino de la Casa Blanca en el momento de la despedida.
Ésta ha sido la primera vez que Obama y Francisco se encontraban. El presidente estadounidense ya acudió al Vaticano con anterioridad, en julio de 2009, y mantuvo un audiencia con Benedicto XVI. Pero hasta hoy no había tenido ocasión de conocer en persona a Francisco, que lleva un año como Papa.
Según una encuesta realizada por Gallup entre el 6 y el 9 de febrero pasado, al 76% de los estadounidenses les gusta Francisco. La popularidad de Obama, en su segundo mandato como presidente estadounidense, se encuentra en niveles bastante bajos, en torno al 44%. De hecho, los asesores de Obama confían en que la reunión con Francisco logre darle un empujón en las encuestas, sobre todo entre los católicos estadounidenses, que representan el 25% de la población. El presidente norteamericano ya ha elogiado en varias ocasiones al Papa y en diciembre pasado lo citó en un importante discurso económico.
Al Papa y a Obama les une su lucha contra la pobreza, el desempleo y las desigualdades y su defensa de los excluidos. El Vaticano aún no ha dado a conocer los asuntos de los que habrían tratado Obama y Francisco durante su encuentro de hoy. Pero se prevé que habrán repasado los asuntos más calientes de la agenda internacional y que habrán tratado también de la pobreza y del aumento de las desigualdades, un asunto que preocupa a ambos. También es posible que el Papa haya aprovechado el encuentro de hoy para darle un tirón de orejas al presidente estadounidiense respecto a la inmigración. De hecho, en la audiencia general en El Vaticano de ayer miércoles un grupo de activistas hispanos, la mayoría de ellos mexicanos, le pidió al Papa que interviniera ante Obama para que Estados Unidos ponga fin a las deportaciones de 'sin papeles' que están provocando la separación de familias.