El presidente Barack Obama se pronunció a favor del matrimonio entre homosexuales tras tomarse un largo tiempo para considerar el tema, lo que generó aplausos, críticas y la especulación de analistas sobre si la postura lo favorecerá en las elecciones de noviembre.
“Para mí, a título personal, es importante decir que yo pienso que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse”, afirmó el mandatario en una entrevista este miércoles a la cadena de televisión ABC.
Las asociaciones de homosexuales saludaron la postura del mandatario. La National Gay and Lesbian Task Force anunció: “Bravo señor presidente por marcar la historia convirtiéndose en el primer presidente en ejercicio que apoya explícitamente el matrimonio homosexual”. La organización Freedom to Marry (Libertad de matrimonio) afirmó que el apoyo presidencial marca un “giro histórico”, pero aún hay mucho por hacer.
El republicano Mitt Romney, probable adversario de Obama, reaccionó en contra reafirmando su oposición al matrimonio gay, tras precisar que es apropiado otorgar el derecho a su pareja de beneficiarse de ciertas ayudas, pero el resto no.
Para el cardenal Timothy Dolan, presidente de la Conferencia estadounidense de obispos católicos, la postura del mandatario son entristecedoras, pero no son sorprendentes porque llegan después de una serie de decisiones tomadas por su administración que “erosionan o ignoran el carácter particular del matrimonio”.
Al hacer estas declaraciones, Obama abandonó la cómoda postura que mostraba hasta ahora, en la que decía estar “evolucionando” en la cuestión del matrimonio entre homosexuales, un tema que siembra profundas divisiones en la esfera política estadounidense.
El riesgo que tomó es claro, pese a la creciente presión de los liberales para que el mandatario demócrata definiera de forma más contundente su posición en cuanto a los derechos de los gays.
El gobernante siempre ha tenido dificultades para relacionarse con el electorado conservador de raza blanca perteneciente a la clase obrera, y la postura que reveló sobre una cuestión moral tan sensible podría complicarle la batalla electoral en ciertos estados clave del país. Ejemplo de ello es Carolina del Norte, que el martes aprobó la prohibición del matrimonio entre homosexuales.
Algunos expertos piensan que Obama podría enfrentar un revés por parte de los electores hispanos y negros religiosos, voto importante para obtener un nuevo mandato en la Casa Blanca. Tony Perkins, de Family Research Council (Consejo de Investigación sobre la Familia), manifestó que el anuncio prácticamente garantiza que el matrimonio (entre gays) será nuevamente un tema crucial en la elección presidencial.
Dennis Goldford, profesor de ciencias políticas en la Drake University, Iowa (centro-norte), sugirió también que la decisión de Obama refleja un cálculo y estrategia electoral. “Los demócratas tienden a favorecer más los derechos de los homosexuales, y aquellos que se oponen categóricamente son conservadores que de todas formas no votarían por Obama”, añadió. La cuestión -señaló- es saber si hay indecisos sobre este tema que pudieran alejarse por esto.
Según analistas, la percepción pública del matrimonio entre gays está evolucionando más rápidamente que cualquier otro tema político en EE.UU.