El presidente estadounidense, Barack Obama, llegó hoy alrededor de las 20.00 hora local (18.00 GMT) a Sudáfrica procedente de Senegal, y comenzará mañana en Pretoria su visita oficial de dos días al país austral.
El viaje del primer presidente negro de Estados Unidos coincide con los momentos difíciles que vive el primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, que a sus 94 años pasó hoy su sexto día hospitalizado en estado crítico por problemas respiratorios.
El avión de Obama aterrizó en la base militar de Waterkloof, cerca de Pretoria, donde el presidente fue recibido por la ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Maite Nkoane Mashabane.
Tras recibir el saludo de la guardia de honor sudafricana y mantener una breve conversación con la ministra, Obama subió con su esposa, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha, al helicóptero presidencial para trasladarse a su hotel.
Según el Gobierno sudafricano, no está previsto en principio que Obama visite durante su estancia en el país a Mandela, debido al delicado estado de salud de este último.
Los actos oficiales de Obama en Sudáfrica comenzarán mañana con una reunión con el presidente sudafricano, Jacob Zuma, en Pretoria y una rueda de prensa conjunta.
El encuentro servirá para tratar asuntos bilaterales en campos como el comercio y las inversiones, la educación, la sanidad, la cooperación para el desarrollo y la seguridad, según informó la presidencia de Sudáfrica en un comunicado.
Por la tarde, el jefe de la Casa Blanca se desplazará hasta el campus que la Universidad de Johannesburgo tiene en el antiguo gueto negro de Soweto para participar en un acto con estudiantes.
En un comunicado divulgado hoy, el presidente de EEUU ha anunciado que acepta el doctorado «honoris causa» que le concede la universidad.
Sin embargo, Obama no recibirá la distinción en el acto del sábado, al visitar Sudáfrica como invitado del Gobierno, y no de las autoridades académicas, informó la agencia local de noticias Sapa.
Posteriormente, se reunirá con la presidenta de la Unión Africana (UA), la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma, para asistir después a la cena ofrecida en su honor por Jacob Zuma.
Obama viajará el domingo a Ciudad del Cabo, en el suroeste de Sudáfrica, donde visitará la célebre Isla de Robben en la que Mandela estuvo preso 18 años.
El inquilino de la Casa Blanca pretende así rendir tributo al que ayer calificó en Senegal de uno de sus «héroes personales», cuyo legado -afirmó Obama- «durará siglos».
El presidente de EEUU visitará después un centro comunitario junto al arzobispo Desmond Tutu, excamarada de Mandela en la lucha contra el régimen se segregación racial del «apartheid» y, como el expresidente sudafricano, premio Nobel de la Paz.
En su último acto oficial antes de partir hacia Tanzania -la última escala de su gira africana-, Obama pronunciará un discurso en la Universidad de Ciudad del Cabo.
Cientos de personas convocadas, entre otros, por el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP) protestaron hoy en Pretoria contra la visita de Obama, al que acusan de practicar una política exterior «arrogante», que califican de «neoliberal», «colonial» y «racista».
Las manifestaciones contra Obama se repetirán mañana en Soweto, esta vez lideradas por varias agrupaciones de estudiantes.
El gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) dio hoy en un comunicado la «bienvenida a Obama y su familia» a Sudáfrica e instó a los que protestan a hacerlo «de forma que respeten los derechos de quienes no comparte su punto de vista».
Además de su familia y sus asesores, una delegación de empresarios acompaña a Obama en su gira africana.