Vicente Bagua, quien trabaja desde hace 12 años en la venta de productos de ferretería, material eléctrico y gasfitería, se muestra preocupado por el futuro de su negocio, ubicado sobre la calle Pedro Moncayo, entre Capitán Nájera y Huancavilca, en el centro-sur de la ciudad. Su local está ubicado al frente de donde se construye una de los nuevas estaciones, lugar en el que harán sus paradas los buses que integrarán la troncal 2 del Servicio de Transporte Metrovía, que partirá desde la avenida 25 de Julio hasta la estación Integración Río Daule, frente a la Terminal Terrestre.
“Estamos intranquilos porque no sabemos si los vehículos podrán estacionarse cuando el paradero ya esté construido y los buses transiten por esta vía. Acá llegan camionetas a comprar material, pero si no pueden parquear eso podría significar una baja en las ventas y un perjuicio a nuestro negocio”, afirma Bagua.
Unas cuadras más hacia el centro, entre las calles Colón y Alcedo, se encuentra Raúl López, quien tiene un negocio de elaboración de trabajos en aluminio y vidrio, como espejos, repisas y soportes para cortinas. En ese punto estará otra de las paradas que se encuentra a lo largo de la calle Pedro Moncayo.
López coincide con Bagua respecto al perjuicio que esta obra podría representar para sus negocios, en caso de que la calle quede totalmente inhabilitada para el tránsito vehicular y sea únicamente vía para los articulados.
“Existe incertidumbre porque no sabemos cómo quedará dispuesta la calle y si los vehículos particulares también podrán circular o no. Nosotros necesitamos espacio para descargar la mercadería que traemos o que enviamos a otras partes”, sostiene.
Las estaciones a lo largo de esta vía se extienden hasta el parque Victoria. Negocios de venta de respuestos de cocina, electrodomésticos, muebles de sala, comedor y dormitorio, gabinetes de belleza, farmacias, clínicas y laboratorios médicos son parte de los comercios que se encuentran en esta calle, paralela a la avenida Quito.
Según el vigilante de tránsito Jorge Alvarado, la circulación vehicular también se ha visto afectada, especialmente en las horas pico, esto es de 7:00 a 9:30 y de 16:00 a 19:30, lapsos en los que se evidencia una intensa congestión a causa de los trabajos que se realizan en la vía y que han reducido el espacio por donde transitan los automotores.
Otro de los inconvenientes de los que se quejan los moradores y quienes trabajan en ese sector, es el polvo que dejan los trabajos de levantamiento del asfalto que se realiza desde hace tres semanas.
Eugenio Naula, quien vive en la zona y, además, tiene un taller de reparaciones electrónicas, afirma que él y varias de las personas que trabajan en su negocio han tenido problemas como dolores de garganta y otros malestares relacionados.
Un caso similar es el de Enriqueta Carrillo, quien trabaja en una ferretería y señala que, pese a que intenta mantener libre de polvo la entrada de su negocio, sus tres hijos presentan al momento enfermedades respiratorias.