La contaminación radiactiva de una población situada fuera del perímetro de evacuación de la accidentada planta nuclear de Fukushima, que ayer recomendó desalojar la agencia nuclear de la ONU, ha descendido hasta los límites permitidos, según informó hoy la propia OIEA en Viena.
Los elevados niveles de radiación en la localidad de Itate, a unos 40 kilómetros de la central nuclear, habían motivado la recomendación de ampliar la zona de evacuación por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Según el análisis de 15 muestras del suelo, la contaminación media de yodo 131 registrada en Itate bajó de 20 megabecquerel por metro cuadrado hasta 7 megabecquerel en los dos últimos días.
Este nuevo valor se encuentra dentro de lo tolerable para los seres humanos, según las normas de la agencia nuclear de la ONU.
Elena Buglova, jefa del centro de emergencia e incidente atómicos del OIEA, explicó ante la prensa en Viena que esa reducción se debe principalmente a la degradación natural del yodo 131, cuya vida útil es de ocho días.
Aún así, la experta advirtió de que los niveles de radiación pueden variar todos los días.
El Gobierno japonés había rechazado ampliar la zona de exclusión en torno al reactor accidentado de los actuales 20 kilómetros, tal como lo había propuesto el OIEA.
Por otra parte, el director adjunto del OIEA para seguridad, Denis Flory, anunció hoy que el organismo enviará a Japón dos expertos en reactores nucleares.
Estos especialistas se reunirán a partir del lunes próximo con expertos de las autoridades japonesas y de la empresa Tepco, propietaria de la planta accidentada, «para recibir información de primera mano de la situación de los reactores», dijo Flory.
Agregó que los expertos analizarán qué medidas deben ser tomadas a estas alturas de la crisis para controlar los reactores y para elaborar planes para el futuro de las instalaciones de Fukushima, gravemente dañadas por el tsunami del pasado 11 de marzo.