El director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano, rechazó hoy los paralelismos entre la catástrofe de Chernóbil, la más grave en la historia de la energía atómica, y la ocurrida en la planta nuclear japonesa de Fukushima.
Al inaugurar en Kiev la conferencia internacional «25 años de la catástrofe de Chernóbil. La seguridad del futuro», Amano destacó que la fuga radiactiva de Fukushima representa apenas un diez por ciento de la ocurrida en la central ucraniana el 26 de abril de 1986.
«La radiactividad en Tokio y Osaka es baja y en otros países es mínima y no representa una amenaza para la salud de las personas», señaló el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), quien visitó este miércoles la central de Chernóbil, situada a 83 kilómetros de Kiev.
Amano subrayó que el interés en la energía nuclear no ha disminuido pese el accidente, ya que se trata de una energía limpia que puede ayudar a superar el cambio climático, según informaron las agencias locales.
«La demanda de recursos energéticos crece y los precios se han disparado, y la energía nuclear seguirá siendo importante para una serie de países», dijo.
Amano recordó que la conferencia ministerial del OIEA que tendrá lugar entre el 20 y el 24 de junio en Viena se propone dar una valoración al accidente en Fukushima.
Además, también se abordará la adopción de medidas para mejorar la reacción internacional ante situaciones de emergencia en centrales nucleares.
Durante su visita a Chernóbil, adonde se desplazó en helicóptero acompañado del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, el jefe del OIEA abogó por una energía nuclear segura.
«Ahora debemos, en primer lugar, poner punto final a la historia del accidente en Fukushima. Nuestro principal objetivo, nuestra tarea ecológica es garantizar e incrementar la seguridad» de la energía nuclear, dijo.
Al mismo tiempo, el jefe del OIEA subrayó que «de todas formas es necesaria energía limpia que disminuya el impacto de las fuentes de energía perjudiciales».
«Una cosa es oír y leer sobre Chernóbil y otra, totalmente diferente, es verlo. El accidente de Fukushima y el desastre de Chernóbil nos han enviado dos importante mensajes. Debemos extraer lecciones de esas tragedias», dijo.