De a poco la normalidad llega a los exteriores del edificio del Gobierno Zonal de Guayaquil, donde ayer miércoles 1 de diciembre fueron clausurados 16 quioscos y provocó desesperación de los dueños de estos negocios, quienes no podían entender que la disposición del Municipio de Guayaquil se la haya tomado en la noche del pasado martes.
Luego de 24 horas de estar clausurados, once quioscos abrieron sus puertas este jueves 2 de noviembre para ofrecer bollos, encebollados, jugos de coco, papa rellena y demás delicias que son degustadas por decenas de personas que se acercan diariamente a este lugar.
“Ven bolléate, bolléate”, llamaba de esta manera Carmen Quintero a sus clientes. Ella aseguró que lo vivido ayer fue preocupante, pues no sabían si se iba a solucionar rápido el tema, pues en el sello de clausura se indicaba que los quioscos no tenían permiso para operar en la vía pública y que incumplían con ordenanzas municipales.
Lo importante, afirmó, es que durante la tarde se acercaron hasta al Municipio para realizar los trámites correspondientes y poder abrir hoy las puertas. “Las personas que trabajan aquí son gente honesta, que se gana su dinero honradamente; es gente del pueblo”, expresó el cliente José Polaco, quien rechazó que el Municipio realizara la clausura en la noche, pues los dueños de los negocios no pudieron prever esa situación y perdieron parte de la comida y jugos que llevaron para la venta.
Por su parte, Rosa Solórzano, quien vende jugos naturales, aún espera abrir las puertas de su quiosco, ella indicó que no ha podido acercarse al Municipio, porque su esposo –que es el titular de del negocio- está enfermo.
“Tuvimos que hacer un trámite para que mi hijo fuera el encargado de ir hasta la municipalidad y firmar los papeles para que nos permitan abrir el local”, dijo la mujer, quien estaba a cargo de la venta de pasteles, negocio de un compañero que en horas de la mañana se dirigió al cabildo para tratar de solucionar el tema de la clausura.
Cinco locales aún faltan por abrir, pero se espera que los dueños de esos quioscos realicen los trámites pendientes para que no tengan problemas de vender sus comidas. “Ojalá que lo ocurrido a estas personas no vuelva a pasar. Ellos necesitan trabajar”, manifestó Eduardo Goya, mientras degustaba de un encebollado.
Durante la mañana, una funcionaria del Ministerio de Turismo entregó el Acta de Levantamiento de Sellos, documento con el que se espera que los dueños de los negocios no vuelvan a tener inconvenientes con el Municipio.