La ONU consideran que hay errores y puntos a mejorar en el combate contra la trata de personas, entre ellos la cooperación internacional, que «funciona mal o al menos de forma imperfecta».
Así lo señaló hoy en una entrevista con EFE el jefe de la Unidad de Crimen Organizado de la Oficina contra las Drogas y el Crimen de Naciones Unidas (UNODC en sus siglas en inglés), el francés Pierre Lapaque, de visita en Portugal para presentar una campaña contra el tráfico de seres humanos.
«En muchos países, las penas son poco relevantes. Policías y fiscales no saben tratar el tema. Las leyes no son buenas, hay lugares donde ni siquiera se considera un crimen. Y la cooperación internacional funciona mal, o al menos de forma imperfecta, cuando es vital», afirmó Lapaque.
En su opinión, es necesario endurecer las sentencias por este tipo de delitos, convertidos ahora en «crímenes con elevados beneficios y escaso riesgo» y llevados a cabo por grupos de crimen organizado.
Interrogado sobre si las mafias europeas participan en estas redes de trata de seres humanos, Lapaque aseguró que todas lo hacen.
Según los datos que maneja la ONU, cerca de dos millones y medio de personas están explotadas a nivel mundial, 170.000 de ellas en la Unión Europea, la mayor parte con fines sexuales.
Estas prácticas generan unos 24.000 millones de euros, de acuerdo a con sus estimaciones.
Estas cifras, sin embargo, dijo Lapaque, «son menores, porque la explotación de seres humanos es algo escondido, muy difícil de averiguar».
Criticó también la «doble pena» que se impone a víctimas de estas redes en algunos países, ya que al tiempo que se les ayuda a recuperarse del daño sufrido se las encarcela, como ocurre con muchas mujeres que ejercen la prostitución.
«Las organizaciones criminales de todo el mundo han identificado la trata de personas como una 'oportunidad de negocio', porque ahora trabajan en el tráfico de drogas, mañana en el de seres humanos y después en el de armas, inmigrantes o cigarrillos. Nos enfrentamos a un rival muy flexible», opinó.
De ahí la importancia que otorga la ONU a la campaña «Corazón Azul», que arrancó hoy en Portugal para sensibilizar a la sociedad sobre el delito de trata de personas.
La iniciativa ya está en marcha en Colombia, España, Líbano, México, Serbia y Tailandia, y se prevé que llegue antes de final de año a Brasil.
El objetivo, según Lapaque, es «concienciar» a la ciudadanía de que a su alrededor hay personas explotadas y colaboren con autoridades y ONG denunciado esos casos.
Además de la prostitución, la UNODC recuerda que todavía hoy en Europa se dan casos «de trabajadores a los que se les confiscan sus pasaportes, les dan un poco de comida y nada más, no se les retribuye por su empleo».
«Es una forma moderna de esclavitud que también ocurre en la Unión Europea, pese a tratarse en teoría de uno de los derechos humanos más obvios. Pasa incluso entre europeos», lamentó.
Sobre el impacto de la crisis económica en la lucha contra la trata de personas, Lapaque lo consideró difícil de cuantificar, ya que «la explotación -dijo- existe desde mucho antes de la recesión y va a seguir existiendo».
«La crisis no ayuda, obviamente, pero lo importante es la concienciación de la sociedad, de los Gobiernos, de los jueces, los policías y los fiscales para que hagan su trabajo de forma coordinada», insistió.
«Si la comunidad internacional no logra el apoyo de la sociedad, este fenómeno va a aumentar», sentenció.