El papa Francisco puso hoy al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida, la patrona de Brasil, exhortó a los fieles a no perder la esperanza y afirmó que aunque el «diablo, el mal, existe, no es el más fuerte, el más fuerte es Dios».
El obispo de Roma también pidió a los padres y educadores que transmitan a los jóvenes los valores que les hagan artífices de un mundo más justo, solidario y fraterno.
Francisco hizo estas manifestaciones en la misa que oficia en una mañana fría y lluviosa en el santuario mariano de Nuestra Señora de Aparecida, a 245 kilómetros de Río de Janeiro.
«Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María -que amó a Jesús y lo educó- para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno», afirmó.
Agregó que para ello es necesario que los hombres «mantengan la esperanza, se dejen sorprender por Dios y vivan con alegría».
Señaló que aunque en la vida se presentan muchas dificultades, «Dios nunca deja que nos hundamos», y aseguró que aunque «el diablo, el mal, existe, no es el más fuerte. El más fuerte es Dios y Dios es nuestra esperanza».
Manifestó que hoy día los jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos «que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza, como son el dinero, el éxito, el poder, el placer» y que ello se debe a la sensación de soledad y vacío que sufren «y que les lleva a la búsqueda de compensaciones de estos ídolos pasajeros».
El Papa exhortó a los adultos a ayudarles a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor.
El Pontífice argentino pidió a los fieles vivir con alegría, «ya que un cristiano es alegre, nunca triste y no puede ser pesimista, no puede tener el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo».
Se estima que unas 200.000 personas han acudido a la pequeña localidad, de unos 35.000 habitantes, para acompañar al Papa.
Tras la misa, el Pontífice saludará desde el balcón a los fieles y después se trasladará al seminario Bom Jesús, donde bendecirá una imagen de fray Galvao, el fraile que proclamó santo Benedicto XVI en Sao Paulo en 2007.
El papa Bergoglio regresará por la tarde a Río y visitará un hospital de San Francisco de Asís de la Providencia, dedicado a la recuperación de jóvenes drogadictos y alcohólicos.
Francisco es el tercer Papa que visita Aparecida. En 1980 lo hizo Juan Pablo II y en 207 Benedicto XVI.