Una exhibición aérea en Turquía se llenó de tragedia tras la caida de un paracaidista en las aguas del Mar Negro, ya que a pesar de sobrevivir a la caída, no pudo evitar la muerte en el lago donde cayó, pues que no sabía nadar.
Una ráfaga de viento desestabilizó el parapente, lo que obligó al hombre, a recurrir a su paracaídas de emergencia, que apenas abierto se enredó con el principal, dejándolo inutilizado.
Sin embargo, por un momento había logrado salvar la vida al caer en un lago del Mar Negro. No obstante, al no saber nadar, perdió el sentido rápidamente, con tan mala fortuna que la embarcación que iba a su rescate se averió y el personal tuvo que nadar para llegar a él, perdiendo un tiempo vital.
Una vez en la orilla, no hubo modo de hacerlo reaccionar.