El Parlamento griego aprobó este domingo el presupuesto para 2013 con los recortes que exige la troika, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, a cambio de conceder a Grecia un nuevo tramo del rescate financiero pactado a principios de año.
El recorte aplicado a las cuentas públicas de 2013 será de unos 9.500 millones de euros, que se cebarán en las pensiones, los salarios públicos, la administración, la sanidad y las prestaciones sociales, mientras que se espera recaudar más a través del incremento de algunos impuestos y tasas.
La decisión se da a pesar de las protestas registradas hoy en las calles de Atenas. Convocados por los principales sindicatos y partidos izquierdistas de la oposición, varios miles de griegos se congregaron más temprano en la Plaza Syntagma, delante del Parlamento.
“Abajo el Gobierno, fuera la troika”, “IMF, fuck off” -en alusión al FMI-, “No se irán si no los echamos”, rezaban algunas de las pancartas de los manifestantes.
Tras aprobar estos recortes y las nuevas medidas de austeridad votadas el miércoles, el gobierno que dirige el conservador Antonis Samaras pretende exigir el desembolso de un nuevo tramo de ayuda financiera, por valor de 31.500 millones de euros, durante la reunión del Eurogrupo de este lunes.