Los 12 miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) destinaron 126.110 millones de dólares a los gastos de defensa entre 2006 y 2010.
La tarde del jueves, en Quito, fue presentado el informe elaborado por el Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (CEED), con sede en Buenos Aires.
Al evento asistieron la Secretaria de la Unasur, María Emma Mejía; el canciller Ricardo Patiño; el secretario Pro Tempore del Consejo de Defensa Suramericano, Francisco Ortiz Salcedo; además de los ministros del ramo de la región.
De acuerdo al informe, la inversión en esa área pasó de 17.650 millones de dólares promedio en 2006 a 33.200 millones promedio en 2010.
De los 126.110 millones de dólares totales gastados en este período, un 43,7% correspondió a Brasil, 17% a Colombia, 10,7% a Venezuela, 9% a Chile, 8,3% a Argentina, 4,5% a Ecuador y 4% a Perú.
Pese al incremento del gasto en ese período, «el gasto total de defensa de la región como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) es estable a lo largo del quinquenio, teniendo un promedio de 0,91%», señala el documento.
Los gastos de los doce miembros de la Unasur en relación al PIB fueron de 0,90% en 2006, 0,86% en 2007, 0,92% en 2008, 0,95% en 2009 y 0,93% en 2010.
«La evolución de los presupuestos de defensa en la Unasur no registra variaciones por valores significativos durante el período ni elementos que permitan establecer una tendencia armamentista o reflejen una militarización de la región», señaló el informe.
También observa que «este indicador evidencia que Suramérica se encuentra por debajo de otras regiones a nivel mundial, así como por debajo de otros países con un gasto de defensa significativo».
De acuerdo con el estudio, el gasto regional promedio por habitante entre 2006 y 2010 fue de 67,4 dólares y la cantidad de militares por cada 1.000 habitantes es de tres efectivos.
Del total de gastos, 58,7% se destinó al personal, 23,5% a operaciones, 17,3% para inversiones y 0,5% a investigación. «
El Registro Suramericano de Gasto en Defensa es producto de la voluntad política, cooperación y el consenso regional, y constituye en sí mismo una tangible medida de confianza mutua», destacó la Unasur.