Las denuncias de periodistas que se sienten afectados en sus derechos laborales se multiplican. El 25 de abril pasado Oswaldo Carrasco Andrade denunció ante el Ministerio de Relaciones Laborales (MRL) a sus exjefes por despido intempestivo, según investigación de diario El Telégrafo.
El comunicador colaboró en Radio Morena Telescucha S.A., propiedad del asambleísta de Sociedad Patriótica, Luis Almeida, desde el 1 de marzo de 1996 como operador y locutor vespertino. En ese tiempo, asegura Carrasco en su denuncia, recibió un salario de 320 dólares, no se le reconoció el pago de horas extras ni utilidades y cuando fue despedido tampoco se le canceló los montos correspondientes a las vacaciones no gozadas por los años 2005, 2006, 2007, 2008 y 2010.
El motivo del despido, según consta en la denuncia, fue porque Carrasco se ausentó durante 18 días a consecuencia de una cirugía de emergencia que le practicaron el 4 de abril de este año y que le obligó a tomar reposo por orden médica.
En la misma declaración, Carrasco indica que sus jefes fueron inmediatamente informados sobre su dolencia y que, incluso, el día previo a la cirugía envió a su hijo para que lo cubriera en el turno de la tarde.
Asimismo, asegura que tras la cirugía, su madre fue a la radio guayaquileña con la documentación que certificaba el período de reposo, pero se negaron a recibirla. Pese a ello, el locutor se reincorporó al trabajo el 20 de abril, en donde le informaron que, por disposición de la gerente y esposa de Almeida, Jenny Morán Rodríguez, no podría retomar su cargo.
A la semana siguiente Morán le ratificó que junto a su esposo decidieron “prescindir de sus servicios” y que al día siguiente podría retirar su liquidación: 2.432 dólares por 16 años de servicio.
Ante ello, Carrasco demandó a sus exempleadores por “despido intempestivo” y exige una indemnización de 5.440 dólares. A más del pago del proporcional al décimo tercer sueldo, las vacaciones no gozadas, horas extras y utilidades.
La demanda es investigada por el MRL que el próximo 15 de junio inspeccionará la emisora. Sin embargo, Almeida al ser consultado por El Telégrafo, dijo desconocer el caso y argumentó que desde hace varios meses dejó la administración de la emisora y que cualquier información sea consultada al personal a cargo en Guayaquil. Y pidió “no mezclar temas administrativos con asuntos políticos”.
Las estrategias que utilizan ciertos medios de comunicación para evitar obligaciones laborales son varias. Xavier Bucheli supera el temor a las represalias y denuncia que sus exempladores le obligaron a renunciar tras conocer que el salario básico de los periodistas, congelado en 205 dólares desde el 2005, se incrementó a 482 dólares en enero de este año por resolución del MRL. El cronista deportivo laboró en Radio Sucre desde septiembre de 2006 con un salario mensual de 282 dólares y fue apenas en 2009 cuando lo afiliaron al IESS.
A inicios de este año, su jefe inmediato le informó que por disposición de Gabriel Arroba, gerente de la emisora guayaquileña e hijo del propietario, Vicente Arroba, debía presentar su renuncia para continuar laborando como colaborador independiente y cobrar su sueldo mediante factura, con lo cual se suspenderían los aportes al IESS.
Ante la necesidad del empleo, Bucheli aceptó, pues le indicaron que la radio no podía costear el alza salarial y los beneficios laborales de ley. Y pese a que cumplió la orden, el mes pasado su editor le comunicó nuevamente que por falta de presupuesto la emisora decidió separarlo de la institución.
Desde entonces, asegura el periodista, no ha logrado comunicarse con el gerente de la emisora y tampoco le han indicado cuándo le pagarán los cuatro meses de sueldo que quedaron pendientes. Además, menciona con indignación, que tras renunciar voluntariamente en enero pasado, la emisora le pagó 500 dólares de indemnización por cinco años de trabajo.
El comunicador no descarta demandar a la emisora por los haberes pendientes y asegura que atropellos de ese tipo lo sufren varios de sus colegas. Ahora labora para un medio en línea y dice gozar de todos los derechos laborales.