El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, fue destituido por la Procuraduría de Colombia por irregularidades en el manejo de la recolección de basura, en un golpe a una de las figuras más destacadas de la izquierda, quien calificó la decisión como un golpe de Estado y llamó a una movilización.
El procurador general, Alejandro Ordóñez, dijo que el alcalde estableció un modelo de aseo para la ciudad fuera de la ley, violando los principios de libre empresa y competencia, con lo que cometió una severa falta al dejar de recolectar basuras en diciembre de 2012.
Petro entregó a la Empresa de Acueducto (pública) la recolección de desechos, que estaba a cargo de operadores privados, y la ciudad terminó inundada de desperdicios. «Se probó que las decisiones del señor alcalde… vulneraron el principio de libertad de empresa y que pusieron en riesgo el medio ambiente y la salud humana de los habitantes de Bogotá», afirmó Ordóñez.
La Alcaldía volvió a contratar el servicio de algunos operadores privados después de la crisis.
Petro puede apelar a la sanción, que incluye la inhabilitación para ejercer cargos públicos por 15 años, pero si se ratifica se convocarían elecciones para elegir a un nuevo alcalde.
Es la primera vez que el alcalde de Bogotá es destituido por la Procuraduría, un organismo de control de los funcionarios públicos.
Petro, de 53 años y antiguo militante de la guerrilla del M-19, asumió la Alcaldía de Bogotá, el segundo cargo político más importante de Colombia después de la Presidencia, en enero de 2012 como candidato de la izquierda.
El destituido funcionario, a quien se considera un probable candidato a la Presidencia, calificó la decisión de la Procuraduría como un «golpe de Estado» y pidió a los habitantes de la ciudad una movilización pacífica para protestar contra su destitución.
Se preguntó, además, si las supuestas irregularidades son las de desprivatizar. «¿Es decir que aquí se está mandando un mensaje… en el sentido de que recuperar el poder público es un delito, o una irregularidad?»