La salida de Petrobras de Ecuador, decidida por la subsidiaria Petrobras Argentina, que controla los activos de la firma brasileña en el país andino, fue confirmada hoy en un comunicado que la empresa divulgó de manera simultánea en Río de Janeiro y Buenos Aires.
«Petrobras informa que su subsidiaria Petrobras Argentina decidió no aceptar la propuesta final recibida por el Gobierno de Ecuador para cambiar los contratos de explotación del Bloque 18 y del Campo Unificado de Palo Azul por Contratos de Servicios», asegura la nota.
«Petrobras Argentina realizará las gestiones necesarias para obtener el pago de la indemnización prevista en el contrato, que permitirá determinar las implicaciones económicas de la no migración al Contrato de Servicios», agregó la empresa en su comunicado.
La empresa no detalló los motivos para rechazar la propuesta ecuatoriana y aclaró que mantendrá su presencia en Ecuador mediante la participación minoritaria que tiene en la Sociedad Oleoducto de Crudos Pesados.
Los dos activos que Petrobras abandonará en el país andino están localizados en la Cuenca Oriente de Ecuador y le permitían a la empresa brasileña contar con 2.400 barriles diarios de petróleo, volumen equivalente a su participación en esos campos petroleros.
Petrobras aclaró en su comunicado que ese volumen solo representa el 3% de su producción total.
Previamente, el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio García, admitió en declaraciones al diario «Valor» que la salida de Petrobras de Ecuador fue negociada directamente por el Gobierno brasileño con el ecuatoriano.
«Conversamos mucho sobre el asunto y tomamos la decisión que nos pareció más adecuada», afirmó el asesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
«Quedó claro que no había más ventajas para ninguno de los dos Gobiernos y que la decisión adoptada en nada afecta las relaciones entre los dos países», agregó.
La salida de Petrobras de Ecuador había sido anunciada anoche por el Gobierno ecuatoriano poco antes del fin del plazo que tenían las petroleras privadas para sustituir los contratos de participación por otros de prestación de servicios.