El inicio de operaciones del nuevo Aeropuerto Internacional de Quito (AIQ) previsto para octubre de este año preocupa a la Asociación de Aviadores Civiles Ecuatorianos (Adace). El presidente de este gremio, el comandante Raffaele Magnalardo, sostiene que la pista ubicada en Tababela, al norte de la capital, no reúne las condiciones técnicas que necesita un avión para poder aterrizar.
Magnalardo, quien también se desempeña como instructor de pilotos en la escuela Aeroclub del Ecuador, dice que las aerolíneas que entrarían a operar en este aeropuerto tendrían restricciones tanto en decolajes como en aterrizajes, pues los accidentes geográficos que rodean al AIQ forzarían a las aeronaves a entrar y salir con ángulos de aproximación y despegue forzados que significarían pérdida de capacidad de carga para incrementar la seguridad de operación de la aeronave.
Otro impedimento es la longitud de la pista, sus cabeceras están muy cercanas a quebradas de 200 metros de profundidad, donde aún no se han diseñado franjas de seguridad adecuadas que acompañen la longitud de pista. Así lo señala Manuel M., piloto comercial de una aerolínea local.
Esas objeciones son impugnadas por el Municipio de Quito. El vicealcalde, Jorge Albán, dice que se realizaron todos los estudios necesarios para la construcción del nuevo aeropuerto en Tababela y que se están realizando varias pruebas para demostrar la operatividad de la terminal.
El pasado 2 de julio se realizó el primer vuelo comercial de prueba, y con ello la preacreditación para continuar con los vuelos de demostración. Este ejercicio sirvió para obtener los permisos de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) para las operaciones en pista, calle de rodaje y la validación de toda la instrumentación.
«En las próximas semanas vamos a realizar operaciones con aviones muy grandes de pasajeros para obtener todas las certificaciones y demostrar que la terminal está completamente operativa a quienes lo único que hacen es generar desconfianza», asegura Albán.
Según las autoridades, el aeropuerto registra un avance del 95,13% y los trabajos se desarrollan dentro de los tiempos previstos. El 12 de octubre será inaugurado oficialmente.
Sin embargo, la tesis de la Adace sobre la nueva terminal registra antecedentes. En el 2008, la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) y la Federal Aviation Administration (FAA), máximas autoridades aeronáuticas del mundo, entregaron un informe que sostenía que los estudios del concesionario no cumplían con los criterios de procedimientos y de vuelos especificados por la OACI y ponía en duda los niveles de seguridad. También hubo otros informes que señalaban problemas similares.
En una carta enviada al presidente, Rafael Correa, el 9 de marzo del 2009, el capitán, Fernando López Mateus, quien se ha denominado como el mayor opositor a la construcción del AIQ, indica los posibles riesgos que causaría el inicio de operación de la terminal de Tababela. En su contenido señala que «el terrible riesgo de este escenario geográfico inapropiado se ve acentuado por la presencia de largas horas de neblina, cambios inusitados de dirección de vientos y vientos huracanados que levantan areniscas, lo que afectaría el funcionamiento de las turbinas de las aeronaves y a un óptimo desempeño de los aviadores».
López señala que dicha información fue tomada de los Manuales de Vuelo de los Boeing y de los Airbus. Por consiguiente, estamos hablando de «operaciones a pérdida y de alto riesgo, situación que no ocurre en otros aeropuertos del país como el de Latacunga o el actual Mariscal Sucre».
López, cree que el AIQ no se sustentó en estudios definitivos comprobados y aprobados que justificaran la realización del proyecto. «Más aún, las cifras aeronáuticas ya obtenidas de los estudios realizados certifican plenamente que el sitio escogido de Tababela no reúne los requisitos y la factibilidad para emplazar un proyecto aeroportuario de categoría internacional».