Los nuevos gendarmes pertenecen a escuelas de formación policial con base en Santa Elena, Manabí, Azuay, Bolívar, Guayas, Los Ríos, Pichincha e Imbabura. Emotiva hasta el final. Así se desarrolló la noche de este martes la ceremonia de graduación de los nuevos 1.385 policías de línea, pertenecientes a ocho escuelas de formación policial distribuidas en todo el país. La entrega del nuevo personal a la comunidad se cumplió desde las 18h00, en las instalaciones del estadio George Capwell, de Guayaquil, en una regia ceremonia presidida por el Ministro del Interior, José Serrano, y el Comandante General de la Policía Nacional, general Patricio Franco, entre otras autoridades policiales. La apertura del marco ceremonial se dio con un sentido juramento colectivo, coreado por los nuevos policías de línea. Luego, las dos autoridades procedieron a la tradicional entrega del armamento y dotación con la cual empezarán a servir los «Caballeros de la Paz». Lo hicieron de forma simbólica a los ocho primeras antigüedades del grupo, uno por cada escuela de formación policial. Ellos recibieron también estímulos y premios, en reconocimiento a los logros alcanzados durante los dos años de capacitación como aspirantes a policía. Los nuevos gendarmes pertenecen a escuelas de formación policial con base en Santa Elena, Manabí, Azuay, Bolívar, Guayas, Los Ríos, Pichincha e Imbabura. La promoción se la denominó «Cabo Segundo Freddy Carranco Torres», en homenaje al héroe institucional fallecido durante un operativo cumplido en el río Putumayo. Reconocimiento Serrano tuvo frases de reconocimiento al esfuerzo demostrado por los graduados, así como al desprendimiento de las familias que entregan a sus hijos a la defensa de la paz ciudadana. En su intervención, el Ministro del Interior renovó el afán del Gobierno Nacional de fortalecer el trabajo diario de la Policía Nacional, dotándole de modernos equipos y herramientas tecnológicas, infraestructura, y sobre todo, brindándoles vivienda fiscal, remuneraciones justas y condiciones laborales adecuadas a su sacrificada labor. «Ustedes se incorporan a uno de los servicios más nobles de la sociedad: la protección de la ciudadanía, en su lucha contra la inseguridad y la delincuencia. Inician también una opción de vida fundamentada en la honestidad y transparencia, en la eficiencia y eficacia, pero al mismo tiempo, en esta lucha permanente por recuperar nuestra dignidad colectiva».