Miles de policías bolivianos de rangos bajos se enfrentaron hoy con partidarios del presidente Evo Morales, en el quinto día de un motín para reclamar mejores salarios y tras haber rechazado un acuerdo firmado la víspera por sus dirigentes con el Gobierno.
Los agentes, cabos y sargentos mantienen sus protestas en La Paz, sede del Gobierno y el Parlamento; en Sucre, capital constitucional de Bolivia, y en Santa Cruz, Cochabamba, Potosí, Trinidad, Tarija y Oruro, según canales de televisión y radios locales.
Cientos de partidarios de Morales atendieron un llamamiento del mandatario para defender a su Gobierno de un supuesto intento de golpe de Estado y llegaron hoy a La Paz desde diferentes regiones.
Varios grupos de oficialistas intentaron ingresar a la plaza Murillo, donde están los Palacios del Gobierno y del Parlamento, en el centro de La Paz, pero fueron repelidos violentamente por policías que se hicieron fuertes desde el jueves en un cuartel situado en una calle aledaña.
Los agentes amotinados desfilaron luego armados cerca del despacho de Morales, que hasta ahora han respetado, incluso cuando el viernes se produjeron violentos disturbios y saqueos de oficinas policiales.
Morales ha dicho que no sacará a los militares a las calles para evitar enfrentamientos con los agentes, aunque el sábado el ministerio de Defensa había anunciado que la policía militar iba a salir a patrullar las ciudades.
En la ciudad oriental de Santa Cruz, grupos de agentes tomaron hoy el edificio del comando regional de la policía y el servicio de identificaciones, que antes era administrado por esa institución pero ahora está en manos de civiles.
En La Paz, cadetes y estudiantes de la escuela policial salieron a controlar el tráfico en la zona central, ante la ausencia de agentes.
Algunos bancos que cerraron más temprano el viernes, al agravarse los disturbios, operan hoy con seguridad privada, en vez de los habituales policías.
En declaraciones a radio Erbol, el policía Pascual Llanos, dirigente de los agentes, ratificó el rechazo al acuerdo que sus representantes firmaron este domingo con el ministro de Gobierno, Carlos Romero, «porque no ha sido consensuado».
«Nosotros creíamos que estaban avanzando las negociaciones y posteriormente nos iban a hacer conocer a las bases. Tal situación no han sucedido. Por eso las bases han rechazado a nivel nacional este acuerdo», dijo Llanos.
El acuerdo establece un aumento de unos 32 dólares a un subsidio de 57 que reciben mensualmente los policías para tareas de seguridad ciudadana, además de prever la entrega de alimentos dos veces al año y no una, como ocurre ahora.
Los agentes insisten en que sus salarios deben igualarse a los de las Fuerzas Armadas, pues mientras un policía de rango bajo gana 178 dólares al mes, un militar de igual nivel recibe el doble.
Morales aseguró el domingo que la protesta policial es usada por la oposición de derecha para derrocarlo y llamó a sus partidarios a «defender el proceso».
Los amotinados rechazaron tal acusación y aseguraron que con sus protestas solamente buscan una mejora salarial.
El líder de la oposición centrista, el empresario Samuel Doria Medina, escribió en su cuenta de Twitter que «nadie quiere derrocar al Presidente Morales. No hay golpe, lo que hay es hambre: de comida, de derechos, de tener lo mínimo para vivir bien!».
Foto: El Universo