«Los precios de los combustibles en Ecuador no van a subir», afirmó King en un encuentro en el Banco Central con agencias de prensa.
La ministra afirmó que el Gobierno prepara un estudio para «optimizar» los subsidios, cuya fecha de divulgación dijo no poder adelantar.
En todo caso los ecuatorianos no pagarán más por la energía que consumen, incluso si el valor del barril del petróleo sube el próximo año, como Ecuador pronostica en sus presupuestos para 2011.
Eso significará que mantener barata la energía en el país requerirá más fondos del Estado. King dijo no contar con una estimativa del costo de los subsidios energéticos, aunque algunos analistas privados hablan de miles de millones de dólares al año.
En Ecuador el galón de gasolina súper vale unos dos dólares (aproximadamente 0,5 dólares por litro) y lo mismo el tanque de gas para uso doméstico.
Eso explica en gran medida el elevado número de automóviles de alto consumo en las carreteras ecuatorianas y el hecho de que algunos restaurantes usen tanques de uso doméstico para cocinar.
También existe contrabando de combustible hacia Perú y Colombia, donde es más caro, aunque King dijo no poder dar una estimativa de cuánto pierde el Estado por ello.
Los mayores beneficiados directos de estos subsidios son las personas de altos ingresos, pues su consumo de energía es mayor.
Sin embargo, la ministra destacó que la reducción de las subvenciones, y la consiguiente subida del valor de los combustibles, encarecería el transporte y por ende los precios de los bienes en general, lo que perjudicaría en especial a los ecuatorianos pobres.
«Los subsidios no son malos per sé (…) Se puede trabajar en mejorar a quién van dirigidos», enfatizó la ministra.
King destacó que su Gobierno no estableció el sistema de abaratamiento de combustibles, sino «que viene de mucho tiempo atrás y de alguna manera tiene un componente político muy fuerte».
La ministra recordó «lo que pasó durante el Gobierno de Abdalá Bucaram en 1997 y de (Jamil) Mahuad en 1999», cuando hubo protestas populares por la subida de los precios de los combustibles.