El presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, voló a China este martes mientras su Gobierno afronta el descontento en el Parlamento y una ola de agitación en las calles por una decisión que rechaza vínculos más estrechos con la Unión Europea bajo la presión de Rusia.
Además se suman los mercados internacionales, lo que elevó el coste de asegurar la creciente deuda ucraniana ante impago y amenazaba con una crisis financiera que podría dar a torcer el brazo de Yanukovich.
Los policías antidisturbios vestidos de negro se enfrentaron en medio del frío contra varios miles de manifestantes a favor de la Unión Europea fuera del Parlamento en Kiev, mientras que los líderes de la oposición dentro del establecimiento gritaron contra el primer ministro Mykola Azarov durante un encendido debate.
Los aliados de Azarov votaron en contra de una demanda de la oposición para someter al Gobierno a un voto de confianza, pero esta victoria difícilmente dará alivio.
Cerca de 350.000 manifestantes se reunieron el domingo en Kiev en la mayor demostración de fuerza pública desde la «Revolución Naranja» de Ucrania de 2004. Miles de personas aún ponen barricadas y bloquean edificios del Gobierno.
El pasado 21 de noviembre, el gobierno ucraniano decidió rechazar un acuerdo para establecer unos vínculos más estrechos e integración con la Unión Europea, causando caos en el país de 46 millones de habitantes, lo que ha dejado al descubierto una vez más el pensamiento dividido entre el este, que habla ruso, y el oeste del país, que habla ucraniano.
Tanto la moneda, como los bonos y las acciones ucranianos se han visto bajo una fuerte presión. El banco central ha sido forzado a asegurar al pueblo que sus ahorros están a salvo, mientras que el ministro de Finanzas dijo que Ucrania está pagando sus deudas y que seguirá haciéndolo.
El coste de asegurar la deuda de Ucrania subió a cerca de máximos no vistos desde finales de 2009. El Gobierno debe hacerse con más de 17.000 millones de dólares en 2014 para pagar por el gas y honrar deudas.