El presidente de Egipto, Mohammed Morsi, rechazó de manera tácita «cualquier declaración que profundice la división y amenace la paz social» y anunció que consulta una salida a la crisis que envuelve a este país hace dos días.
Esta madrugada el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamed Kamel Amr, presentó su dimisión, la quinta de un titular desde el lunes; medios extraoficiales afirman que las renuncias en el gabinete son 10, sin precisar los portafolios.
El comunicado presidencial fue difundido esta madrugada, horas después que el ministro de Defensa, general Abdel Fattah El Sisi, emitiera una declaración al país en la cual conmina al mandatario y a sus opositores a llegar a un entendimiento en el plazo de 48 horas, que vence mañana después del mediodía.
Los militares especificaron que de no existir un arreglo negociado, presentarán su propio «mapa de ruta» para el futuro político del país, con participación de todas las fuerzas, en especial la juventud, aunque aclararon que el golpe de estado es contrario a su doctrina.
De su lado, la Hermandad Musulmana (HM, islamistas) instó a sus seguidores «en todas las provincias y ciudades a prepararse para tomar las calles y llenar las plazas en apoyo a su presidente».
Morsi era un miembro de la cúpula de la HM cuando el brazo electoral de esa agrupación, el Partido Libertad y Justicia, lo llevó como candidato a los comicios presidenciales de mayo y junio del año pasado que ganó por estrecho margen.
Desde noviembre pasado, cuando se invistió de poderes excepcionales, el mandatario ha estado sujeto a una ola de críticas por el estado de la economía y lo que sus rivales califican de intención de islamizar a la sociedad egipcia.
Un golpe de cualquier tipo tendrá que pasar por encima de nuestros cadáveres, advirtió Muhammad al Biltaji, un dirigente nacional de la HM ante las decenas de miles de partidarios de esa agrupación y partidos afines, muchos de ellos armados de garrotes, concentrados en torno a la mezquita de Rabaa el Adawiyah, en el distrito capitalino de Medina Nasser.
Mientras, en la entrada del Palacio Presidencial de Ittihadiya, en el barrio de Heliopolis, y en la plaza Tahrir, en el centro de esta capital, decenas de miles de opositores, que estallaron en júbilo al conocer la declaración castrense, siguen concentrados en espera del curso de los acontecimientos.
Los rivales del mandatario, basados en una campaña de recogida de firmas que reivindican poseer 22 millones de rúbricas, fijaron para hoy el término del plazo concedido a Morsi para que abandone la presidencia o enfrente la desobediencia civil.