En un operativo sorpresa, grupos de élite de la Policía capturaron en Quito a varios presuntos miembros de una banda dedicada al sicariato que se cree operaba a nivel nacional.
La operación se realizó en varios locales del sector de La Mariscal, al norte de la capital. Allí fueron aprehendidos en su mayoría extranjeros que durante el arresto pusieron resistencia.
En el sitio se redoblaron las medidas de seguridad y los presuntos sicarios fueron llevados a la Policía Judicial.
El arresto se produce después de varias semanas de investigaciones, en los que la fuerza pública identificó a los ahora detenidos como «peligrosos» y responsables de varios asesinatos, inclusive de ciudadanos sudafricanos.