Londres.- Los príncipes Guillermo y Enrique de Inglaterra tienen presente a su madre cada día y se preguntan, casi 13 años después de la muerte de Diana de Gales, qué estaría haciendo la princesa si aún estuviera viva.
Así lo afirma Enrique, el hijo menor de Carlos de Inglaterra y lady Di, en una entrevista en la que explica que, independientemente de dónde se encuentran o de con quién están, tratan de pensar «qué pensaría y qué haría» su madre si estuviera aún con ellos.
«Me imagino si ella estaría aquí sentada riéndose, si permanecería en un segundo plano o si se pondría a jugar al fútbol con los niños», comenta Enrique en declaraciones al programa Tonight, de la cadena ITV, que emitirá la entrevista este jueves.
Para el príncipe, de 25 años, ese ejercicio de memoria es lo que le ayuda a él y a su hermano, de 28, a seguir adelante, aunque reconoce que «cada uno tiene su propia opinión sobre cómo sería ella ahora».
Enrique, tercero en la línea de sucesión al trono británico, bromea diciendo que si tuviera que definir a su madre con una sola palabra sería «loca».
En la entrevista, concedida con motivo de la gira de los príncipes por el sur del continente africano, Guillermo habla por su parte de cómo el ejemplo de su madre les ha inspirado para seguir trabajando con diferentes proyectos benéficos.
«Nos gustaría pensar que ella se sentiría orgullosa de nosotros y espero que así sea. En el futuro, me veo colaborando con diferentes proyectos benéficos, aunque, obviamente, cuando acabemos nuestras carreras militares, tendremos más tiempo para dedicarnos a ello», dice.
Preguntado por el apoyo que da a su hermano para prepararse para ser rey, Enrique señala que su opinión «no siempre es muy útil, porque los hermanos mayores siempre se creen que tienen razón», pero que trata de advertir a su hermano cuando cree que se va a equivocar.
«Cuando le digo que no tiene razón, nueve de cada diez veces no me hace caso y sigue adelante, pero en el futuro, quién sabe si no le valdrá lo que yo le diga», afirma.