Patricia A. (nombre protegido), hace una semana, experimentó uno de los momentos más bochornosos desde que es usuaria de la Metrovía. Un hombre que se colocó detrás de ella, cuando el articulado estaba lleno, comenzó a frotar su entrepierna con los glúteos de la ciudadana.
La mujer, quien denunció el caso en la Fiscalía del Guayas, relató que ella notó que el hombre eyaculó. «Lo pude sentir», afirmó en la denuncia respectiva ante el fiscal Carlos Almeida. Este tipo de problemas no es nuevo en el sistema de transporte. Según datos del sistema Metrovía, entre 2010 y 2012 hubo 116 denuncias, de las cuales el 7% correspondió a acoso sexual.
Usuarios consultados sobre el tema testificaron que las horas pico (07:00-08:00 y 17:00-18:00) constituyen los lapsos en los que más hay este tipo de abusos, porque los articulados circulan al límite de su capacidad (160 pasajeros).
En otro caso, Daniel Vera, estudiante universitario, afirmó que en una ocasión vio a una persona -con traje- sacar un celular del bolsillo de una pasajera cuando ella salía del articulado. «Uno nunca desconfiaría de alguien bien vestido. Hay que verlo para creerlo… felizmente, el celular estaba tan bien apretado en el bolsillo que se quedó en su sitio».
En una denuncia más reciente llegada a este diario, Andrea Zunino, usuaria del sistema de transporte, en cambio, señaló que el exceso de pasajeros y el desorden para abordar los articulados fue aprovechado por los delincuentes para robarle el teléfono celular a su esposo, hace cerca de dos semanas.
Zunino explicó que cuando su cónyuge abordaba el carro en la estación Domingo Comín (al sur), los ladrones ingresaron a empujones y aprovecharon la situación (exceso de pasajeros) para sacarle el celular del bolsillo delantero del pantalón jean.
Por ello, exhortó al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, a que aumente la cantidad de unidades del sistema y capacite a los empleados para que sepan actuar en esas situaciones.
De acuerdo con el sistema de transporte municipal, los robos y asaltos constituyen el 50% de las quejas y el 43% se distribuye en observaciones por extorsiones, lesiones, hurtos, entre otros.
En los articulados, como mecanismo de advertencia, los choferes dicen a los usuarios que protejan sus pertenencias, porque los consorcios (Metroquil, Metrobastión y Metroexpress) no se responsabilizan por las pérdidas que ocurran en el interior de las unidades o paraderos.
Pese a ello, en las redes sociales (Blogger, Facebook,Twitter) los ciudadanos denuncian, hacen observaciones, incluso sátiras de lo que representa viajar apretado en los articulados.
En el blog «La Conductora Frustrada» se hace referencia a otro caso de acoso. Allí una mujer cuenta que un desconocido se colocó delante y sacó su pene frente a ella. Aquello ocurrió en la mañana, en el horario de mayor uso.
Al respecto, la Fundación Metrovía, desde inicios de 2012, ha implementado campañas dirigidas a disminuir los índices de robo y acoso en las unidades y en los paraderos.
Por ese motivo hay entradas diferenciadas de mujeres y varones, y cuñas televisadas, en un canal de circuito cerrado exclusivo de la Metrovía, que muestran fotos de las personas denunciadas por los usuarios. Pese a ello, aún se repiten estos casos.
Federico Von Buchwald, presidente de la fundación, anunció que se implementarán más campañas. Dentro de los nuevos planes se incluirá uno para que los usuarios tomen conciencia sobre el respeto a los carriles exclusivos del sistema. «Yo pienso que hemos avanzado positivamente en varios temas, pero falta también mayor colaboración de la ciudadanía», manifestó.
Von Buchwald indicó que las mujeres deben hacer respetar sus derechos si ven que los hombres no acatan la entrada diferenciada. Además, exhortó a la ciudadanía que denuncie a los asaltantes.
Asimismo, la Fundación Metrovía informó que mantiene conversaciones con la Policía Nacional para que sus miembros resguarden dentro de los vehículos y en los paraderos.