Desde agosto hasta diciembre de 2011 se llevó a cabo el programa piloto en cuatro planteles, lo cual benefició a 158 niños y niñas de este sector. En la escuela César Rohón, de la parroquia Anconcito, 50 menores de edad con capacidades especiales fueron incluidos en el sistema educativo. Ellos recibieron una atención personalizada por parte de los docentes, quienes fueron capacitados a fin de proporcionar una educación de calidad y calidez.
«Con las capacitación que recibimos, hemos crecido y ya sabemos la manera de llegar a nuestros estudiantes con necesidades especiales», manifestó Silvia Yagual, maestra de séptimo año, quien le agradeció la aplicación de este programa en Anconcito.
Pese a que tiene problemas intelectuales y físicos, Sandra Tomalá, de ocho años, trata de expresar su alegría por estar en la escuela. Dijo, en voz baja, que ha aprendido a leer y eso le gusta mucho.
Sebastián Murillo, de nueve años y con problemas auditivos, aseguró que la escuela es su segundo hogar y es el espacio donde ha aprendido muchas cosas a partir del cariño y amor que le dan sus maestros.
El programa no solo está dirigido a los pequeños con necesidades educativas especiales, sino a todos los estudiantes de los planteles donde se desarrolle el plan, que incluye otros tres proyectos: reciclaje; agua y jabón; y huerto y jardinería.
«Este programa tiene una mirada amplia e integral», expresó la ministra de Educación, Gloria Vidal, al referirse a los 1 700 estudiantes que también se han beneficiado de los proyectos en la provincia de Santa Elena. Agregó: «El programa da la posibilidad de eliminar barreras (…) Este es un punto de partida de lo que será la Educación Inclusiva en el resto del país».
Por su parte, Pía Zambrano, encargada del proyecto en Santa Elena, afirmó que es un orgullo que se haya implementado este programa que además incluye la remodelación de los establecimientos para lograr una completa inclusión.