Vladimir Putin, el hombre fuerte de Rusia durante los últimos doce años, recuperó este lunes la jefatura del Estado en una solemne ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Kremlin, en esta tercera ocasión para un mandato de seis años.
En presencia de los más altos cargos del Estado ruso, Putin juró el cargo con la mano puesta sobre la Constitución de la Federación de Rusia.
Tras el juramento sonó el himno de Rusia y se dispararon 30 salvas de artillería en honor del nuevo jefe del Estado ruso.
«Entiendo todo el peso del cargo. (…) El sentido de toda mi vida y mi deber es el servicio a la Patria, a nuestro pueblo, cuyo apoyo me ha inspirado y ayudado en la toma de las decisiones más difíciles y complejas», dijo Putin en el discurso de investidura.
El nuevo máximo mandatario ruso agradeció y resaltó la labor del presidente saliente, Dmitri Medvedev, quien mañana asumirá la jefatura del Gobierno.
Coincidiendo hoy con la investidura de Putin, la Policía detuvo a 120 opositores que trataron de organizar un piquete en el centro de Moscú durante la ceremonia, informó el Ministerio de Interior ruso.
En su discurso de hoy, el nuevo presidente ruso aseveró que los ciudadanos vivirán en «una Rusia que el mundo respeta como a un socio fiable, abierto y predecible».
«Tengo fe en la fuerza de nuestros ideales y metas comunes, la fuerza de nuestra decisión de transformar el país, la fuerza de las acciones mancomunadas de los ciudadanos, en nuestro anhelo común de libertad, verdad y justicia», remarcó.
Putin subrayó que Rusia entra en «una nueva etapa», en la que deberán resolverse «nuevos problemas, de índole diferente y otra envergadura».
Minutos antes, Putin había recorrido el camino que separaba su anterior residencia de la Casa Blanca, sede del Gobierno ruso, hasta la sala de San Andrés del Gran Palacio del Kremlin, donde fue investido jefe de Estado con todos los honores.
El presidente saliente, Dmitri Medvedev, ensalzó la relevancia del cargo que a continuación cedería a su sucesor y antecesor en la Jefatura de Estado, a quien caracterizó de «hombre con experiencia y dirigente fuerte, a quien apoya la mayoría de los ciudadanos» de Rusia.
Terminado el discurso de investidura, en un salón cerrado al público y a las cámaras de televisión que emitían en directo la ceremonia, el nuevo jefe de Estado recibió el maletín nuclear que otorga el mando sobre las fuerzas estratégicas de Rusia.
Mañana será el turno de Medvédev, cuya candidatura será votada por la Duma o cámara de diputados para cargo de primer ministro, lo que se da por seguro, ya que el partido Rusia Unida tiene mayoría constitucional.