El analista de temas de Seguridad y Experto en Derecho Humanitario, Ricardo Camacho, destacó que el uso del polígrafo (detector de mentiras) es parte de la vida policial y de los procesos de evaluación de los uniformados en la mayoría de países del mundo.
En Ecuador esta práctica es muy común y ya es aplicada en especial en la formación de los grupos élites de la institución armada, los mismos que someten a este examen, para escoger a los mejores hombres.
De las pruebas realizadas a los integrantes de estos grupos élites de la Policía, solo el 35%, pasan las pruebas, técnicas de formación, y del polígrafo, mientras que el 65 % de sus integrantes no lo hacen y por tanto no responden a la expectativa de integrar estos grupos élite de la Policía Nacional, señaló Camacho.
“De estos resultados, sin lugar a dudas podemos colegir que ese alto porcentaje se convierten en personas no confiables y no pasan a formar parte ni a las filas de los grupos élite”, recalcó.
“El crimen organizado, posee mucho dinero, y como bien lo sabemos, es un recurso mal habido, y para hacerlo legal, los delincuentes proceden a la compra de personas, ya sea en la justicia, en la policía, en los juzgados, y más dependencias”.
Camacho considera que el someterse al polígrafo no atenta contra los derechos de los policías.
Según las Naciones Unidas, “el Policía, es un funcionario encargado de hacer cumplir la Ley” y en ese sentido tanto en América Latina, como en Europa, Estados Unidos y en organismos como el FBI, El Servicio de Inteligencia, la CIA, la KGB, se utiliza este sistema por más de 40 años.
El polígrafo nació en el año 1913 y según el paso del tiempo, este sistema se ha perfeccionado, es decir, que el polígrafo tiene más de 80 años de existencia, y su uso en Ecuador no es para nada nuevo.