Colombia y Ecuador superaron el miércoles de manera formal en Bogotá un distanciamiento de casi tres años con un fugaz acto conjunto de intercambio de copias de cartas credenciales de los nuevos embajadores de uno y otro país.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, María ángela Holguín, y de Ecuador, Ricardo Patiño, encabezaron el reencuentro diplomático realizado ayer en un salón de protocolos del Palacio de San Carlos, la sede de la Cancillería en Bogotá.
«Para nosotros es muy satisfactorio, canciller (Patiño), que tengamos nuestros embajadores acreditados», expresó la titular colombiana de Exteriores, quien tuvo a cargo las puntadas definitivas para la plena normalización diplomática.
«Con este paso que estamos dando hoy ya tenemos las relaciones entre los dos países completamente establecidas», notificó Holguín, en funciones desde el pasado 7 de agosto, cuando asumió el presidente Juan Manuel Santos, quien desde entonces ha recompuesto los nexos de su país con Ecuador y, también, con Venezuela.
La canciller habló tras recibir copias de cartas credenciales del ex ministro y escritor ecuatoriano Raúl Vallejo, a quien el presidente de su país, Rafael Correa, designó para la embajada en Bogotá el pasado 14 de diciembre.
Sólo un día se tomaron Santos y Holguín para otorgar el beneplácito a Vallejo, gesto que el presidente colombiano anunció el día 15 por la noche tras recibir en Cali (suroeste) a su par ecuatoriano, Rafael Correa.
El gobernante ecuatoriano visitó junto a Santos una comunidad afectada por las lluvias que tienen en emergencia a Colombia, país al que viajó dentro de una breve gira que incluyó a Venezuela, en ambos casos para entregar ayuda humanitaria.
Para entonces, Correa y Patiño ya habían dado el beneplácito al abogado Fernando Arboleda como nuevo embajador de Colombia en Ecuador, por designación anunciada el 1 de diciembre último.
El encuentro presidencial de Cali fue el tercer gesto amistoso de Correa con Santos, a quien el ecuatoriano acompañó en la investidura del pasado agosto y con quien coincidió a finales del noviembre siguiente en la Cumbre de jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) de Georgetown, cita en la que ambos declararon la normalización de relaciones.
«Ahora debemos trabajar en la reactivación de la agenda bilateral», pidió el ecuatoriano Patiño, quien con su antiguo colega colombiano, Jaime Bermúdez, puso en marcha la «hoja de ruta» que condujo a este restablecimiento diplomático.
La agenda fue trazada al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas de septiembre de 2009 y, de manera gradual, permitió avanzar desde la designación de encargados de negocios y agregados militares, hasta la final de embajadores.
«Acercar cada vez más a nuestros pueblos, restablecer plenamente las relaciones entre los dos gobiernos, genera un entusiasmo muy grande», apuntó el canciller ecuatoriano.
Patiño y Vallejo arribaron a Bogotá este miércoles por la tarde en medio del hermetismo de la representación ecuatoriana local y la Cancillería colombiana.
Con casi una hora y media de retraso se dio paso al acto de intercambio de copias de cartas credenciales, lo que tomó sólo unos diez minutos.
Con esta entrega conjunta de acreditaciones, los gobiernos de Colombia y Ecuador cerraron el peor momento de la historia en sus relaciones bilaterales, causado por el bombardeo colombiano del 1 de marzo de 2008 a una base de la guerrilla de las FARC en suelo del país vecino.