Conocer la mina de explotación y remediación Anayacu, en la parroquia Selva Alegre del cantón San Lorenzo en Esmeraldas, fue el plato fuerte del taller internacional de lucha contra la minería ilegal, que tiene la participación de representantes de los cuatro países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Para llegar hasta el sitio, las autoridades tuvieron que abordar un helicóptero en Esmeraldas y recorrer por 40 minutos la espesa selva esmeraldeña, subirse al balde de un camión militar durante otros 40 minutos y caminar 30 más un distancia de 800 metros, por el lodazal de arcilla resbalosa y enlodarse bajo pleno sol, lo que agravaba más el intenso calor húmedo que se sentía en los casi 30 grados centígrados que registraba el termómetro.
Justamente esa incomodidad poseía un mensaje que, la mañana de ayer, quiso hacer notar el Ministerio Coordinador de Seguridad a los participantes del taller. De ese modo ellos concebirían que la lejanía y el abandono es lo que motiva que en realidad los mineros ancestrales de la zona mantengan una actividad ilegal y lleven así el sustento a sus familias.
Eso magnifica el esfuerzo estatal de la Empresa Nacional Minera, que identifica esas minas, las regulariza, mejora su producción y fundamentalmente remedia el daño ambiental causado durante décadas.
Y esa fue, precisamente, la visión que tuvieron los extranjeros, sentados en unas bancas de bambú a la refrescante sombra de unas hojas de bijao, cuando Podín Bentancurt, vocero de la asociación de mineros de Anayacu relataba que “antes éramos ilegales y teníamos gente afuera (de la mina) que nos avisaba solo de los operativos de control”.
Un análisis grosso modo estima que la actividad minera ilegal de la costa norte ecuatoriana ha generado ventas por unos 500 millones de dólares, pero remediar sus daños –sus pasivos ambientales- costarán al país no menos de 1.300 millones de dólares.
La Enami tiene un plan: se trata de primero generar una producción de oro sin mercurio y recirculando el agua, pero el objetivo es hacerlo de tal forma que la producción de oro aumente en comparación a las formas anteriores. Se estima que en cada trocha intervenida ahora se explote un 80 y 90% del oro de las minas, mientras que antes no llevaban ni el 60%. Es lo que explicó Santiago Robalino, responsable de prospección y explotación de la Enami.
El segundo punto es realizar la remediación. Hacer tratamiento de aguas (en la trocha de Anayacu hay tres piscinas consecuentes de tratamiento de aguas) lo que debe cotejarse con la renta minera para llegar a un autosustento de la Enami, cosa que todavía no sucede, pese a que el 20% de las actividades intervenidas por la Enami revierten al Estado, lo que fue detallando el jefe de la mina, Byron Vizcaíno, quien también comentó que en este frente trabajan unas 120 personas de la zona y unos 17 técnicos de la estatal minera, que en este año ha invertido unos 100.000 dólares.
La minería ilegal atañe a la seguridad del Ecuador, más cuando también se ejerce en fronteras del país, por eso se vincula al Plan Ecuador, que busca garantizar paz social en la frontera norte del Ecuador, para lo cual coordina acciones con el departamento de relaciones comunitarias de la Enami, con letrinas y sistemas de agua en toda la zona de san Lorenzo, además de apoyo para maquinarias más eficientes, como las concentradoras aritméticas que mejoran la producción de oro a escala artesanal.
Los buenos resultados ejercen una segunda manera de relacionarse con la Enami, porque ya no solo deben acercarse a los mineros ilegales, sino que ellos mismo buscan ahora contactarse con la estatal, comenta Fernando Zurita, que dirige el Plan Ecuador.