Castelldefels.-Familiares y amigos de las doce víctimas mortales del accidente de tren ocurrido el pasado 23 de julio en la localidad de Castelldefels, en el noreste de España, velan hoy los restos de sus seres queridos en la capilla ardiente instalada en un centro deportivo municipal.
Los cuerpos de los fallecidos llegaron hasta ese lugar procedentes del tanatorio, donde fueron depositados tras concluir su identificación.
Los féretros llegaron a las instalaciones deportivas en tres furgones fúnebres, acompañados por los ramos y coronas de flores enviados por los amigos y la familia de las víctimas.
Algunos de los familiares se trasladaron a la capilla ardiente por sus propios medios, mientras que otros lo hicieron en un autocar en el que también viajaba Freddy Arellano, cónsul general de Ecuador, país de origen de siete de los fallecidos.
Las imágenes de dolor se sucedieron a su llegada al velatorio, abrazados, con gafas oscuras, y rosas rojas en las manos.
La policía de Castelldefels impidió el acceso a la capilla ardiente a los medios de comunicación que se concentraban en la entrada, exigiendo respeto a la intimidad de las familias.
Sobre los féretros, ubicados en fila, se colocó una rosa de color blanco y una corona de flores del Ayuntamiento de Castelldefels junto al nombre de cada una de las víctimas.
El representante de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) en España, Oscar Jara, recordó que «desgraciadamente» la mayor parte de los fallecidos procedían de Ecuador, y anunció que será el Gobierno de su país el que se hará cargo de la repatriación.
«Faltan algunos trámites judiciales como la comprobación de la documentación y luego todo el trámite técnico sanitario para poder trasladar los restos mortales de un país a otro», señaló.
Anunció, además, una ayuda extraordinaria del Gobierno ecuatoriano que «es dar al menos un billete de avión por familia para que pueda acompañar a los restos mortales».