La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reclamó hoy a Estados Unidos por el supuesto espionaje a la petrolera estatal brasileña Petrobras y dijo que si esas actividades se confirman quedará claro que su motivación no era preservar la seguridad, sino que tenía objetivos «económicos y estratégicos».
«Los intentos de violación y espionaje de datos e informaciones son incompatibles con la convivencia democrática entre países amigos, siendo claramente ilegítimos», afirmó Rousseff en una nota oficial divulgada por la Presidencia.
«De nuestra parte, tomaremos todas las medidas para proteger al país, al Gobierno y a nuestras empresas», añadió.