El Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, firmará el tratado de comercio de armas de la ONU, que regula un negocio internacional de 70.000 millones de dólares. Este movimiento deja a la Administración Obama con un claro enemigo, el lobby de armas estadounidense.
Los diplomáticos afirman que Kerry firmará este tratado el miércoles, durante la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra en Nueva York.
El tratado, que requiere la ratificación del Senado de EEUU y ya ha sido criticado por la Asociación Nacional del Rifle (NRA), podría servir para que los países occidentales presionen a Rusia para que reduzca su venta de armas a Siria, Gobierno que ha sido acusado de abusos contra la humanidad en dos años de guerra civil.
El Secretario General de Amnistía Internacional, Salil Shetty, considera la decisión de Kerry «un hito y un paso de gigante para acabar con el flujo de armas convencionales que dan lugar a muchas atrocidades y abusos».
EEUU y los otros 86 países firmantes «deben implantar el Tratado y conseguir que se acabe con el suministro de armas a países que las utilizan para cometer genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones graves de los derechos humanos», dijo Shetty en un comunicado.
La Asamblea General de la ONU adoptó este tratado sobre comercio de armas en su asamblea del mes de abril, por 154 votos a favor, incluido el de EEUU, tres en contra -Irán, Corea del Norte y Siria-, y 23 abstenciones.
Los enemigos del tratado
La Asociación Nacional del Rifle, que se ha opuesto a este tratado desde el principio, consideró que el día de su aprobación era un día triste para EEUU, el primer exportador de armas del mundo.
Para oponerse, la Asociación del Rifle argumenta que el Tratado mina la soberanía americana y no respeta la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho de los ciudadanos a llevar armas.
Por su parte, la oficina de la ONU para asuntos de desarme, dice que este tratado no interfiere con «los tratados y normas domésticas y el modo en el que un país regula los derechos de sus ciudadanos. Lo que hace es prevenir abusos y violaciones de los derechos humanos. Y pondrá a los señores de la guerra las cosas un poco más difíciles para conseguir estas armas».
Frank Januzzi, ex director ejecutivo de Amnistía Internacional en EEUU, considera este movimiento como «una victoria significativa de 20 años de activismo por los derechos humanos». Según él, este tratado podría aplicarse al conflicto en Siria, haciendo que la venta de armas al gobierno de Asad sea ilegal bajo las leyes internacionales.