Una larga mesa cubierta con los colores de la wiphala fue la tribuna escogida por la Coordinadora de las Izquierdas para presentar, oficialmente, a sus seis precandidatos a la Presidencia de la República.
A las 10:00, Alberto Acosta, de Montecristi Vive, ya ocupaba una de las sillas ubicadas en el extremo derecho. Estaba solo. Unos metros a la izquierda, Lenin Hurtado conversaba con sus compañeros del MPD. El socialista Manuel Salgado aprovechaba para saludar.
A las 10:05, Gustavo Larrea entró al salón principal de la sede de Pachakutik. Y con él, llegaron las banderas: los simpatizantes del movimiento Participación ocuparon la parte trasera del local, tenían chompas y banderas azules.
Cuatro minutos después, llegó Paúl Carrasco, del movimiento Poder Popular. Era hora de acomodarse tras la mesa para el anuncio formal: eran las 10:10. ¿Quién falta?, preguntó entonces Luis Villacís. «El Salvador», respondieron aunque enseguida se escuchó: «ahí viene, ahí viene». Era Salvador Quishpe, de Pachakutik.
Ya estaban completos. Junto a los seis precandidatos se acomodaron también Martha Roldós, de la RED; Nívea Vélez, del movimiento lojano Convocatoria, y los máximos dirigentes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Para ese momento, ya habían aparecido también banderas del MPD y de Pachakutik.
A la hora de los discursos se pusieron en evidencia las coincidencias. Todos hablaron de derrotar al gobierno de Rafael Correa. Salgado y Carrasco dijeron que este es un momento histórico. «Inicia -dijo el cuencano- la cuenta regresiva para que se acabe el correísmo».
Quishpe y Larrea destacaron la firme decisión de todos los movimientos de apoyar al candidato que, finalmente, los representará en las elecciones. «Es una minga -dijo Quishpe- por el bien del pueblo, no por el bien de una sola persona».
Acosta fue el único en esbozar rápidamente una propuesta de trabajo. Habló de construir un gobierno que respete los derechos, la libertad de expresión, que haga realidad la descentralización, la seguridad ciudadana, y habló de un modelo económico diferente.
El expresidente de la asamblea constituyente también abogó por un régimen «sin caudillos» que haga realidad los derechos consagrados en la Constitución de Montecristi. Lenin Hurtado también pidió trabajar para que se respete la carta magna.
Villacís, como coordinador de la Coordinadora, no quiso terminar el evento sin una mención especial: «rechazamos -dijo- la acción autoritaria y prepotente del Gobierno» que embargó la revista Vanguardia. Hubo aplausos en la sala.
Los integrantes de la Coordinadora dejaron para el final la suscripción de la Carta de la Unidad. Allí se resume el compromiso de las agrupaciones de respaldar a un solo candidato, de respetar la Constitución y de recoger los 19 puntos de la Marcha por la Vida.
Antes de que los seis precandidatos firmen, no faltaron las recomendaciones: «firmarán bien» o «verán que no sean firmas falsificadas». El escándalo en el Consejo Nacional Electoral no pasó desapercibido. Paúl Carrasco pidió que todas las agrupaciones sean medidas con las mismas reglas. Alberto Acosta sugirió la renuncia de los vocales del Consejo, quienes fueron designados -recordó- con el auspicio del Ejecutivo.
La elección del candidato de la coordinadora aún tomará un mes más. Por ahora, los seis postulantes se dedicarán a recorrer el país. Ayer, empezaron en Ibarra. El resto de la semana estarán en la Sierra Central: Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua. La próxima semana irán a Esmeraldas y Manabí.