Corea del Sur efectuó hoy unas intensas maniobras con fuego real cerca de la frontera con el Norte en una nueva demostración de fuerza ante Pyongyang, que respondió con la amenaza de una «guerra santa» en caso de ser atacada.
Los ejercicios militares tuvieron lugar al cumplirse un mes del ataque norcoreano que dejó cuatro muertos en la isla surcoreana de Yeonpyeong, uno de los sucesos más graves entre las dos Coreas desde el fin de la guerra que las enfrentó hace sesenta años.
Cerca de 800 soldados del Ejército y las Fuerzas Aéreas participaron en las maniobras, que incluyeron pruebas con más de cien tipos de armas pesadas, entre ellas misiles anti-tanque, cañones autopropulsados y aviones y helicópteros de combate.
Fue el mayor despliegue en términos armamentísticos realizado hasta la fecha en la zona de Pocheon, a unos 20 kilómetros de la militarizada frontera con Corea del Norte, y se produjo tres días después de otras polémicas maniobras en el Mar Amarillo (Mar Occidental).
Poco después de que las operaciones en Pocheon concluyeran, Corea del Norte advirtió de que está preparada para una «guerra santa» con su poder de «disuasión nuclear» en caso de que Corea del Sur viole un solo milímetro de su territorio.
En declaraciones difundidas por la agencia oficial norcoreana, KCNA, el ministro de las Fuerzas Armadas Populares del país comunista, Kim Young-chun, acusó además al Sur de llevar «deliberadamente» la situación «al borde de la guerra» y advirtió de duras represalias «en caso necesario».
El régimen norcoreano ya ha lanzado amenazas en términos similares en ocasiones anteriores, como cuando Corea del Sur y EEUU realizaron maniobras conjuntas el pasado verano.
Estados Unidos, principal socio de seguridad de Corea del Sur, destacó anoche la «naturaleza defensiva» de las maniobras de hoy y señaló fueron anunciadas con antelación, por lo que insistió en que de ninguna manera deben provocar una respuesta norcoreana.
Los ejercicios militares coincidieron además con otros que Seúl lleva a cabo desde el miércoles y hasta el viernes en aguas de su costa oriental, a unos cien kilómetros al sur de la frontera marítima, con buques de guerra y helicópteros anti-submarino.