El sismo de 6,9 grados de magnitud que sacudió este domingo seis regiones del centro y sur de Chile fue una réplica del terremoto de 8,8 grados que devastó la misma zona el 27 de febrero de 2010, según coincidieron hoy diversos expertos en Sismología.
Sin embargo, coincidieron también en que no se trató de la «gran réplica» (de magnitud muy cercana a la del sismo principal) a ese cataclismo que algunos esperan y que podría ocurrir hasta tres años después del evento principal.
«El 27 de febrero tuvimos un terremoto, de magnitud 8,8 y es normal que genere gran cantidad de réplicas. Cualquier sismo que esté en esa área de ruptura es considerado réplica», dijo a radio Cooperativa Diana Comte, sismóloga de la Universidad de Chile, que explicó que el sismo de ayer «también genera sus propias réplicas».
«Pero no es 'la gran réplica' que se esperaba, añadió la experta, para quien el terremoto de febrero del 2010 ha generado, dos réplica importantes, el 11 de marzo siguiente y ayer, ambas de 6,9 grados Richter.
«Uno debería esperar en el orden de un año y medio a dos años más continuar sintiendo este tipo de réplicas», dijo Comte, con quien coincidió el sismólogo Sergio Barrientos, para quien, el sismo de ayer fue «una réplica fuerte del terremoto del año pasado, pero réplica al fin y al cabo».
Ello, porque se produjo «dentro del límite sur de la fractura de 450 kilómetros que provocó el terremoto» del 27 de febrero de 2010, sector en el que el subsuelo del territorio chileno no ha terminado de asentarse nuevamente.
Barrientos dijo que en las últimas semanas se habían detectado en la zona varios sismos de alta magnitud, uno de ellos de seis grados en el área de Lebu (región del Biobío), por lo que el de ayer no fue una sorpresa.
Matizó, en todo caso, que aunque no es posible predecir si habrá otras réplicas de alta magnitud, «las posibilidades de una 'gran réplica' han bajado», pero lo que sí es evidente, «es que en los próximos días abundarán las réplicas de esta réplica».
El sismo del domingo, ocurrido a las 17.20 horas (20.20 GMT), abarcó unos mil kilómetros del centro y sur de Chile, incluidas las regiones de O'Higgins, Maule, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos y ha sido seguido desde entonces por alrededor de una docena de réplicas, dos de ellas de 5,1 grados de magnitud.