Una semana después del sismo que sintió casi toda la población ecuatoriana, de 7.2 grados en la escala richter, el evento queda en el campo de la anécdota y la tradicional pregunta ¿dónde estabas cuando sucedió el temblor?
Pero pocos son los que meditan ¿y qué tal si se hubiera registrado una catástrofe? ¿Está el país lo suficientemente preparado?
“En este momento lo que podemos decir es que Ecuador puede ser considerado un país que está preparado mucho mejor de lo que estaba hace tres años”, dijo el subsecretario de Respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), Felipe Bazán.
Sustenta su afirmación argumentando que por primera vez la gestión de riesgos es considerada una política de Estado.
A partir de ahí se han implementado una serie de instrumentos como protocolos, procedimientos, fortalecimiento de la coordinación interinstitucional entre entes técnicos-científicos con la entidad gubernamental y los organismos de respuesta, señala Bazán.
“La Secretaría, como órgano rector, está comprometida con la reducción del riesgo porque es mejor reducir que responder, la respuesta es cara y, de paso, inhumana; la prevención y la mitigación son acciones que se dieron en el antes cuando se deben de hacer este tipo de cosas. Prevenir es a largo plazo y a veces los actores sociales, económicos y políticos no permiten ver cosas a largo plazo sino a mediano y a corto (plazo)”, explica el funcionario.
Como parte de la política de prevención en esta semana se emitió un documento para construir planes de contingencia en centros escolares. Además, el nuevo marco jurídico ha permitido crear nuevas herramientas como insertar en el currículo estudiantil el tema de desastres y riesgos.
En el caso del temblor de la semana pasada, lo primero que hizo la Secretaría de Riesgos –relata el funcionario- fue contactarse con el Instituto Geofísico para determinar el epicentro del sismo; una vez que comunicaron que era en tierra se decidió no activar el sistema de alerta temprana para tsunamis porque no se localizó en el mar sino en la tierra y profundo.
Luego se hizo contacto con la red de coordinadores de la Secretaría, quienes a su vez informaron de primera mano a los gobernadores de todas las provincias del país. Mientras, la titular del ente gubernamental alertó al vicepresidente de la República, Lenin Moreno, quien ejerce como presidente encargado.
Incluso –y pese a que se encuentra de vacaciones fuera del país- también se alertó inmediatamente al Primer Mandatario, Rafael Correa, “porque él debía conocer la situación”.
En el evento no consentido de que el sismo causara estragos, la Secretaría de Riesgos hubiera respondido de manera oportuna rescatando a los heridos, trasladándolos a casas de asistenciales, darles atención de primeros auxilios, activar los albergues, los centros de salud, y valorar, de ser el caso, la ayuda internacional, acciones consideradas primarias en este tipo de eventos: “atender a la población que es lo más importante”, subraya Bazán.