Desde hoy, en el parque Centenario, en el centro de Guayaquil, se inicia la recolección de firmas para exigirle al Gobierno nacional que realice el pedido de deportación de Jorge Heriberto Glas Viejó, quien estaría viviendo en Barcelona, España, tras haber sido acusado de violar a una niña de 13 años por varias ocasiones en el 2011.
Aunque no existe un registro actualizado de la Policía de Migración, según los abogados de la madre denunciante, Glas Viejó habría dejado el país por la frontera sur y tomó un avión desde Lima hacia Europa.
“Queremos que este pederasta sea traído al país para que pague por el delito que ha cometido contra una niña que ahora es madre de un bebé de nueve meses, quienes viven en la extrema pobreza”, expresó Pedro Granja, acusador de Glas Viejó, cuyo defensor apeló la decisión que tomó la jueza Martha Guerrero de “declararlo judicialmente padre del niño”.
“Luego de que la jueza de la Niñez había declarado la paternidad del acusado con relación a la criatura que nació como producto de los ultrajes, los patrocinadores del potencial pederasta apelan y lo hacen con el único afán de dilatar la inscripción del menor con el apellido Glas a sabiendas que la farsa de la revolución de la justicia se mueve en este caso más lento que una tortuga, pero en los temas en que el Gobierno está interesado en encerrar a sus opositores cambian la velocidad y vuelan”, expresó Granja.
Recién el pasado jueves, después de más de tres semanas, el caso Glas Viejó fue sorteado. Ahora, por la apelación de su defensor, Héctor Dávalos Peredo permanece en la Segunda Sala de lo Civil para su análisis, quien deberá resolver si acoge o no el pedido realizado.