Ayer se celebró el Día Nacional del Cóndor Andino, en el territorio nacional. Esta fecha la estableció en 1991 el antiguo Ministerio de Agricultura y Ganadería, como una representación de libertad, valor y soberanía del país.
Actualmente, el Ministerio del Ambiente (MAE) dirige la campaña «Protege Ecuador, la responsabilidad es de todos», con el objetivo de informar a la ciudadanía sobre las especies en peligro de extinción y fomentar la protección de los ejemplares y sus hábitats.
El cóndor, considerado como una especie en Peligro Crítico de Extinción, dentro del Libro Rojo de Aves del Ecuador, y registrado en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), lo que significa que está prohibida su comercialización.
En estudios realizados por el MAE se revela que el mayor porcentaje de registros de distribución del cóndor se encuentra fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Un factor importante en la disminución de esta especie es la cacería de estas aves. Tres ejemplares han sido eliminados en lo que va del año.
En este año la cartera de Estado ha llevado a cabo varios rescates del ave de rapiña. Su población actual se ubica en la Sierra, específicamente en la parte centro y norte del país, mientras que en el sur hay poca información reportada por falta de registros, personal técnico y datos que suponen que la presión antrópica en la zona ha mermado notablemente su población.
Ecuador enfrenta actualmente la pérdida de algunas especies de importancia ecológica, una es el vultur gryphus o cóndor andino. El pasado 23 de abril hubo denuncias en las redes sociales por una foto en la que se observaba a un grupo de personas que había matado a «Arturo», un macho joven del «vultur gryphus», nombre científico del animal alado.
«Una pareja monógama de cóndores pone un solo huevo que tarda en eclosionar entre 54 y 65 días. El ave adquiere su independencia alrededor de los 18 meses de edad y alcanza la madurez sexual alrededor de los 8 años de edad. Cada pareja saca adelante una cría aproximadamente cada dos años. También, al ser monógamos se dificulta que el macho procree más de una cría por período reproductivo.
De acuerdo a esta cartera de Estado, por sus características fisiológicas, las causas más importantes, poco a poco disminuye esta especie en el país. «La importancia de proteger el cóndor andino es que es una especie críticamente amenazada y por su forma de reproducirse no es una población viable. Por lo que algunos zoológicos, como los de Quito, Baños, Otavalo y Cuenca, tratan de ayudar a esta especie con sus centros de manejo y crianza, porque la tasa de reproducción asistida es más alta que en la naturaleza», señaló la bióloga cuencana Amanda Vega. La continua pérdida del hábitat es otra causa para que mengue la población de esta ave rapaz, señaló Tapia.
Agregó que esto repercute en su alimentación, ya que de las especies silvestres de las cuales se alimenta naturalmente el cóndor, la mayoría, fueron extirpadas y reemplazadas por los campesinos por especies con fines ganaderos. «Insertar especies ajenas para la ganadería, envenenar los restos de animales con el propósito de exterminar depredadores, así como cazar a los cóndores que son vistos por las personas como un depredador potencialmente peligroso o un trofeo de caza, son algunas de las razones por las que se ve en peligro esta especie», indicó Tapia.
El pasado 5 de julio, Ernesto Arbeláez, propietario del zoológico Amaru (provincia del Azuay), presentó al MAE un proyecto para promover la reproducción del ave dentro de sus instalaciones, por lo que visitó el Parque Cóndor, ubicado en Otavalo, para coordinar el traslado de una pareja de cóndores. «Amaru es un bioparque, ubicado en Cuenca, que ya tiene experiencia en la reproducción asistida de otros tipos de aves rapaces, como buitres, águilas pechinegros, búhos, entre otros. Aunque nunca hemos trabajado con esta especie, queremos ayudar en su conservación», sostuvo Arbeláez.
Aunque en Ecuador se reconoce el cóndor andino en la bandera nacional, algunas organizaciones e instituciones no han logrado rescatar a la especie del peligro crítico en el que actualmente está. Según el último censo del MAE, en el país existen 50 ejemplares en estado silvestre y 18 en cautiverio. «A todos los especímenes mantenidos en cautiverio se los monitorea, se provee de microchips como parte del sistema de registro y marcaje de especímenes que debe tener cada organización para seguridad de los animales», resaltó la ministra Tapia.
UNA ESPECIE PROTAGONISTA DE LEYENDAS
En los países andinos de Bolivia, Perú y Ecuador, el ave andina es la figura principal de varias leyendas. En Cotopaxi, el cóndor es enviado por la divinidad a rescatar a una joven que se dedicaba al pastoreo de ovejas y que era maltratada por su familia para convertirse en la mujer cóndor y dar a luz a los mensajeros del universo.
A pesar de que sus parientes la rescataron, ella se enamoró de la ave e hizo lo posible para que la rescatara. El cóndor sobrevoló con la joven mujer sobre la laguna del Quilotoa y se dirigió hasta lo más alto del páramo donde finalmente ella se transformó en la mujer cóndor y consumaron su relación.
Mientras que, en Imbabura se dice que esta ave de rapiña, o «señor Apu Kuntor», fue escogida por el gran dios Inti como su mensajero, donde el cóndor atraviesa el arcoíris y lleva bajo la sombra de sus alas a aquellos que la contaminan, trasladándolos al otro lado de los cielos, para purificar a la Pachamama (madre tierra).